FORO DE PREPARACIÓN AL ENCUENTRO MUJERES QUE TEJEN LA VIDA

Marzo 2 - 17, 2009 - San José de Costa Rica

REFLEXIÓN EN RED

COMENTARIOS... SENTIMIENTOS... PENSAMIENTOS... INTUICIONES...

DOCUMENTOS TERESIANOS: Diciembre del 15 al 21

Constituciones, XV Capítulo General, Propuesta Educativa Teresiana, Proyecto Formativo, Aporte del CIT Educamos Educándonos.

• ¿Cómo nos situamos con relación a lo que estos documentos expresan sobre la perspectiva de género? Cuestionamientos, luces, invitaciones, deseos…

Iniciando caminos: Primeros pasos en teoría de género. Diciembre del 22 al 28

FELIZ NAVIDAD!!!
• Diferenciar los conceptos sexo y género. Buscar un ejemplo de la vida cotidiana que posibilite comprender los conceptos.
• Identificar en tu formación: infancia, adolescencia, formación cristiana y/o de vida religiosa… momentos en que te formaron como niña/mujer. Considerar la asignación de género, la identidad y el rol de género. Seleccionar algo de esto que te gustaría compartir.
• Lee las definiciones de patriarcado. Busca alguna otra. Prepara un comentario.

Iniciando caminos en la relectura bíblica. Diciembre 29 al 4 de enero

FELIZ AÑO NUEVO!!!!
• Destaca 4 ideas clave para releer los textos bíblicos a partir de esta perspectiva y comparte por qué crees que son fundamentales.

Un artículo de una de las Revistas RIBLA. Del 5 al 11 de enero

• ¿Cómo relacionas el artículo con la temática de género?
• ¿En qué medida el artículo apunta a una reflexión sobre relaciones de género donde prevalezca la equidad?
• ¿Hasta qué punto el artículo invita a pensar las relaciones de género junto con otras relaciones: raza, clase…?
• Destacar un elemento nuevo (metodológico o de contenido) que te llamó la atención en la lectura del texto y que significa un aporte en la lectura de otros textos de la Biblia.
• ¿Qué ha sido más significativo para ti en tu proceso de acercamiento e interpretación de este texto?

Relaciones de género en las iglesias (1). Enero 12 a 18

• Comparte tus resonancias ante lo que has leído, piensa también en tu propia experiencia a nivel eclesial.

Otro de los artículos de una de las Revistas RIBLA. Enero 19 - 25

• ¿Cómo relacionas el artículo con la temática de género?
• ¿En qué medida el artículo apunta a una reflexión sobre relaciones de género donde prevalezca la equidad?
• ¿Hasta qué punto el artículo invita a pensar las relaciones de género junto con otras relaciones: raza, clase…?
• Destacar un elemento nuevo (metodológico o de contenido) que te llamó la atención en la lectura del texto y que significa un aporte en la lectura de otros textos de la Biblia.
• ¿Qué ha sido más significativo para ti en tu proceso de acercamiento e interpretación de este texto?

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 24-25, 31-32. Enero 26 a Febrero 1

• Comparte algo con relación a las identidades de género en la iglesia. Roles de hombres y mujeres, experiencias que nos han hecho sentirnos valoradas/os, respetados/as o al revés…
• Comenta la frase: LOS DERECHOS HUMANOS SE CONVIERTEN EN DERECHOS HASTA QUE LOS EJERCITAMOS… teniendo en cuenta la experiencia de las mujeres en tu contexto y más allá del mismo.

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 34 - 35, 36 - 41. Febrero 2 al 8

• Comenta sobre aspectos de tu vida y de otras mujeres que están “desempoderados”, sobre las propias fortalezas y de otras mujeres que son formas de poder que podrían desplegarse a las áreas de nuestra vida que lo necesitan. Imagina un plan de recuperación de espacio de poder que hemos cedido y la forma de poder que deseamos utilizar en las relaciones. Puede ser a nivel social, familiar, comunitario, eclesial…

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 58 - 63. Febrero del 9 al 15

• ¿A qué te sientes invitada con relación a la realidad de violencia que se vive en nuestro mundo? ¿En tu contexto? En la iglesia, ¿reconoces algún/as realidades de violencia?

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 64 - 73. Febrero 16 a 22

• A partir de lo leído, comenta sobre nuestra realidad eclesial a nivel institucional tanto en los ambientes locales como en los nacionales y supranacionales. Y déjate soñar algo alternativo…

pequeña publicación de tu contexto con relación al tema de género... Febrero 23 a Marzo 1

• Comparte los cuestionamientos que se han despertado en ti al leer la publicación, las intuiciones que han brotado, los sueños que se han despertado… y si puedes, ¿cómo educarnos y educar desde esta perspectiva?

2.23.2009

PUBLICACIÓN DE MI CONTEXTO EN RELACIÓN AL TEMA DE GÉNERO

SEMANA DEL 23 de febrero al 1 de marzo (Teresa del Pilar)

Lee una pequeña publicación de tu contexto con relación al tema de género aplicada a cualquier disciplina: psicología, educación, teología, Biblia, sociología, etc…

Ø El texto cuyo contenido quiero compartir es de Olga Caballero Aquino, “Paraguay, almacén de ramos generales”, Servilibro, Asunción, 2007

La autora es abogada, gestora cultural y feminista. Hace años se dedica a dejar testimonios escritos de su paso por la vida que, en su caso, se desarrolla en Paraguay. Desde investigar el destino de mujeres abusadas y humilladas hasta escribir las confesiones de otras congéneres que habían sufrido el exilio con sus familias, pasando por la recopilación de los derechos de los niños y de otros colectivos que integran nuestra sociedad.

En esta nueva obra Olga ofrece una visión irónica y lúcida sobre el país que la vio nacer y que ella ama profundamente. Y como el amor es perspicaz ella se atreve a realizar una evaluación de lo que pasó y sigue pasando, de nuestra manera de ser, de nuestras pasiones y odios. Para ello recurre a opiniones suyas ya publicadas en diversos medios escritos, como para demostrar que no tiene importancia el tiempo transcurrido, hay instituciones, costumbres y acciones que permanecen inmutables en el tiempo. En Paraguay, parece decir esta autora, no nos apuramos por nada. Los cambios de estructuras mentales llevan su tiempo y, ni siquiera en este lapso de casi dos décadas de transición, lo sustancial se ha transformado. Es por esto por lo que Olga sigue criticando a los funcionarios públicos, a los entes públicos, a nuestra pasividad y a nuestro peculiar estilo de producción.

Por fortuna hay un dejo de optimismo, una delgada línea de esperanza, aún en medio de las críticas más amargas, porque la autora es inteligente y comprende que un país con una marcada mayoría de población joven no tiene otro camino que generar creatividad y recursos para salir adelante. Lo que ella critica merece ser criticado para que pueda mejorar y para que sirva de ejemplo de lo que no debe imitarse.

El libro que voy a comentar, es más bien un texto de carácter sociológico y psicológico, está conformado de cuatro partes, en una de ellas aborda el tema de las mujeres. Son varios artículos diferentes donde va tratando esta problemática en el país. Voy a mencionar sólo algunos de ellos que me parecen paradigmáticos en la sociedad paraguaya.

En uno de ellos, donde habla sobre la VIOLENCIA, alude a los siglos de dominación masculina y a las estructuras patriarcales que a nivel personal se van interiorizando en un conjunto de relaciones basadas en el género. A este propósito ella nos dice.

“El género es una construcción social y el masculino trata de imponerse haciendo uso de distintos tipos de violencia contra el feminismo, agresión que les habilita para seguir construyendo una dudosa masculinidad.” (Pág. 93)
Nuestra autora sigue afirmando. “Los varones ejercen tres tipos de violencia: la violencia contra la mujer, la violencia contra el hombre y la violencia contra sí mismo, lo que nos demuestra la necesidad de cambiar esta arquitectura errónea de la masculinidad.” (Pág. 93)

“El hombre es criado para dominar y la primera relación de dominación se da en el ámbito doméstico, que se reproduce en el social para terminar arrasando el planeta.” (Pág. 93)

“La sociedad debe reconocer que la violencia contra la mujer no es una cuestión de mujeres, es un problema que afecta a la colectividad de la que forma parte la familia, ese núcleo fundacional, pero pequeño y frágil cuando es agredido por uno de sus integrantes.” (Pág. 94)

“Es imposible caminar hacia el bienestar si no se resuelve el grave problema de la violencia contra la mujer.” (Pág. 94)

“Hay una sociedad que es ciega, sorda y muda que tolera y hasta pretende justificar la práctica cotidiana de la violencia contra las mujeres y sólo reacciona cuando se produce el mefítico crimen y profanación de una niña.” (Pág. 94)

En otro artículo nuestra autora habla de algunas PARADOJAS FEMENINAS. Recojamos sus palabras.

“A pesar de tantos logros, muchas, la mayoría hemos caído en la trampa del cuerpo cosificado para el placer y el culto estético de la figura, como condición para lograr el reconocimiento de nuestro género, de nuestra reclamada identidad, sustituyendo así el antecedente de sexo procreador.” (Pág. 97)

“Las mujeres posmodernas debemos estar siempre seductoras, jóvenes, radiantes, quitarnos los rollitos, tener la cola dura, los senos apuntando hacia nuestros interlocutores, de un tamaño tal que nos permita exhibirlos con o sin corpiños, los cabellos del o de los colores que impone la moda de la respectiva estación del año, las piernas y cinturas moldeadas, y estar delgadas, muy delgadas.” (Pág. 94)

“A la búsqueda de ese modelo ideal que no corresponde a nuestra naturaleza, obsesionadas por la anatomía cuya estructura muscular y ósea está lejos de dar respuesta a los mandatos cotidianos de los medios de comunicación nos metaforseamos, resignamos nuestra identidad, enajenamos nuestra felicidad persiguiendo una cáscara para llegar al triste olvido de nuestro bien-ser y de nuestro bien-estar en la vida, que poco o nada tienen que ver con el ilusorio universo de la muñeca Barbie.” (Págs. 97- 98)

“Las mujeres si queremos identidad debemos rescatar nuestros cuerpos y dejar de vivir en casas que son como escenarios en los que no somos autoras, actoras ni protagonistas.” (Pág. 98)

En otro artículo, ÁGUILAS O GALLINAS, Olga habla, como siempre, de forma clara y contundente.

“Las mujeres proponemos levantar el vuelo. El feminismo es un movimiento social y político que centra su análisis en la opresión del género femenino. Este análisis trasciende el plano económico y político, pues parte de la crítica de este modelo de civilización y por ello apela tanto a las mujeres como a los hombres para emprender juntos cambios estructurales que habiliten un equilibrio entre hombres y mujeres, entre seres humanos y hábitat.” (Pág. 110)

“Quienes estén de acuerdo con estas ofertas dejen de lado sus burlas, rechazos y temores ante el feminismo y las feministas. Nosotros queremos alzar el vuelo en alas de la igualdad.” (Pág. 110)

Ø Comparte los cuestionamientos que se han despertado en ti al leer la publicación, las intuiciones que han brotado, los sueños que se han despertado… y si puedes, ¿cómo educarnos y educar desde esta perspectiva?

Al leer la publicación siento que el escrito de la autora está bastante logrado en relación a lo que es la mujer en la sociedad paraguaya. Porque, ante todo, es un país donde la violencia se ha hecho pan cotidiano en casi todos los niveles. Somos una sociedad violenta y violentada, en las raíces de la violencia hay varios factores coincidentes. Uno de ellos es la ceguera y sordera de muchos adultos, sobre todo varones (y mujeres con esquemas androcéntricos), que no educan y no forman suficientemente en los valores de gratuidad, paz, honestidad, rectitud, delicadeza, justicia, inclusión, solidaridad, defensa de la vida... De ahí que están presentes los comportamientos violentos cotidianos en toda la sociedad: secuestro, asesinato, suicidio, asaltos, robos, violencia intrafamiliar que tiene como primera víctima a la mujer, etc.

“Es así que tenemos las agresiones recíprocas y las violencias sin control en la vida diaria. Agresiones que pueden ser activas o pasivas. Agresiones activas que se manifiestan de diversas maneras: riñas, golpes, palabras hirientes, gritos desaforados, imposición de ideas, conducción irresponsable de vehículos, autoritarismo, fanatismo en las actividades recreativas y deportivas, todo tipo de violaciones, injusticias, perversiones, engaño, etc. Agresiones pasivas, que no son menos violentas: indiferencia, sarcasmo, burla, desprecio del otro, sonrisa maliciosa, mirada dura, lujuria, ira, soberbia, robos, descalificación del otro, humillaciones, padres que apañan el mal comportamiento de los hijos, falta de diálogo, falta de respeto a la privacidad de las personas, rivalidades implícitas, envidias, falta de escucha, permisividad de los adultos para la conducción de vehículos de los hijos que no poseen habilitación, etc. Violencia que genera violencia o más violencia, destructividad y muerte.” (Julio Ayala, Violencia y educación).

“La violencia (física, psíquica y social), que vive el país en los ámbitos del deporte, del trabajo, de la política, de la educación, de los medios de comunicación, se va constituyendo en un modelo y estilo de vida (o de muerte) y convivencia para toda la población y que los niños y jóvenes desde hace tiempo también son portadores de dicha violencia.” (Julio Ayala, Violencia y educación).

“¿Para qué sociedad formamos? Las universidades, en mi opinión, tendrían que promocionar una sociedad más solidaria y más justa. Para eso habría que hacer muchas cosas, entre ellas habría que impulsar a “tocar pobres”, docentes y estudiantes tendrían que estudiar nuestra realidad, empezando por las más cercanas, por conocer cómo viven o sobreviven los pobres y/o los empobrecidos; reflexionar sobre estas realidades para proponer alternativas de respuestas, meditando desde lo profundo, desde nuestras convicciones espirituales, personales y comunitarias (y aquí no hablo de religión, entiéndase bien). Cuando digo estudiar, debo agregar mucho.” (Julio Ayala, Violencia y educación).

“¿Para qué estamos educando? ¿Para la comodidad o para el servicio? ¿Para el confort individual o el bien común? (Bien común que hoy día es el menos común de los bienes). Y recordemos, que cuando educamos nos estamos educando. Educamos educándonos, o, dicho de otra manera, nos educamos educando. (En este caso, también diría, me estoy hablando a mi mismo, porque quien escribe se escribe a sí mismo primero). ¿Entonces, formamos personas o individuos, personas individualistas? Según estemos formando nos formamos con aquellos a quienes formamos o pretendemos hacerlo. Por los frutos nos conocerán, así de sencillo es el oficio de educar. Se conocerán los frutos y el árbol del cual provienen esos frutos.” (Julio Ayala, Violencia y educación).

He tomado las palabras textuales de Julio Ayala (Presidente el Instituto Emmanuel Mounier de Paraguay, jayala@cu.com.py) porque me ha parecido pertinente en relación a lo que nos venimos refiriendo. Si bien él habla de la violencia como sociedad paraguaya, debo agregar que dicha actitud, o estilo de vida (muerte), tiene como principal objeto y víctima a la mujer, por ser ella la más desvalida.

El gran desafío para nuestro país sería entonces educar enfatizando aquellos valores que apunten a la solidaridad con los más desvalidos/as, con los empobrecidos/as y excluidos/as. Despertar la conciencia crítica ante la ideologización patriarcal que promociona actitudes violentas, excluyentes, de competitividad, de injusticia, de muerte, de pisoteo a los derechos de la mujer… Como educadores/as estamos llamados/as a orientar hacia el compromiso efectivo con la equidad de género entre varones y mujeres. Invitamos, pues, a todos y todas a dejar de lado los prejuicios contra la perspectiva de género; esto es, burla, rechazo, temor… “Nosotros queremos alzar el vuelo en alas de la igualdad.” Sueño con una sociedad y con una iglesia donde los derechos humanos de las mujeres se constituyan en una realidad efectiva y deje de ser mera retórica.

2.22.2009

GÉNERO Y DESARROLLO EN LAS INSTITUCIONES ECLESIALES

Semana del 19 al 25 de febrero

Ya uno de los objetivos de la sección GENERO Y DESARROLLO EN LAS INSTITUCIONES ECLESIALES es significativo:

Sensibilizar a los líderes y a las liderezas de las iglesias, al personal administrativo y a quienes participan en otras áreas de las instituciones eclesiales, sobre la importancia de valorar los intereses y las necesidades de las mujeres y de los hombres, para la distribución equitativa de recursos y oportunidades.

No puedo evitar sentir que es misión imposible o casi imposible, por lo menos, en lo que se refiere a los líderes de nuestra iglesia, como tal. Se me vinieron a la mente en este momento las fotos de los sínodos, de las conferencias continentales, la portada de Aparecida… esas fotos son expresión de una distribución no equitativa de recursos y oportunidades. Pensé también en el canon 1302 del Derecho Canónico, que establece que solamente los varones clérigos pueden constituir fundaciones canónicas sin explicar las causas de por qué mujeres religiosas, varones religiosos no clérigos y laicos/as están excluidos de esta posibilidad.

Aunque también pienso en tantas mujeres líderes (liderezas, como dice el objetivo) si las cuales seria imposible el anuncio cotidiano de la Buena Noticia, mujeres invisibles muchas veces. Mujeres lideres en sus pueblos, comunidades, espacios de pensamiento teológico, etc… pero sin posibilidad de participación equitativa en la reflexión, búsqueda de caminos nuevos para la iglesia de hoy y mucho menos en la toma de decisiones.

Hablar de género y desarrollo en la iglesia supondría examinar las relaciones entre varones y mujeres, su impacto en el caminar de la iglesia y los procesos que podrían hacer posible el replanteamiento de estas relaciones. Sin embargo, según se entienden algunas de estas cosas en la iglesia, me parece que el camino a nivel de “líderes” es muy difícil. Basta leer lo que dice Aparecida no. 40 para refrendar lo que digo:

“Entre los presupuestos que debilitan y menoscaban la vida familiar; encontramos la ideología de género, según la cual cada uno puede escoger su orientación sexual, sin tomar en cuenta las diferencias dadas por la naturaleza humana. Esto ha provocado modificaciones legales que hieren gravemente la dignidad del matrimonio, el respeto al derecho a la vida y la identidad de la familia” Ellos a su vez citan al Pontificio Consejo para la Familia, “Familia, matrimonio y uniones de hecho”, n. 8 del 21 de noviembre de 2000, citado en la Carta a los Obispos de la Iglesia Católica sobre la colaboración del hombre y la mujer en la iglesia y el mundo, no. 2 del 31 de mayo de 2004.

Tomarse en serio en la iglesia lo que significa decir “género y desarrollo” supondría favorecer que mujeres y hombres se reconozcan y actúen como sujetos en igualdad de condiciones de reflexión, de acción, de desarrollo, de participación, de toma de decisiones dentro de la comunidad eclesial. Implicaría también encontrar las estrategias adecuadas para el proceso de cambio de mentalidad tanto en varones, sobre todo varones clérigos, como en mujeres. Y querer entrar intencionalmente en este proceso.

Me gusta el método de cinco fases que presentan en el libro: recopilar información usando cuestionarios semi-estructurados, analizar los resultados con las personas en liderazgo y personas expertas en el tema, usar la información para ayudar a las personas en liderazgo a comprender los efectos del programa en la organización, evaluar los cambios y decidir qué otros cambios son necesarios. Lo que sigo dudando es que la mayoría de nuestros líderes quieran hacer este trabajo. Entonces lo que en mí surge es que quienes lo deseemos, apostemos por pequeños y no tan pequeños cambios que vayan generando otra manera de relacionarnos, de participar, de tomar decisiones… si no en todas, en varios ámbitos de las comunidades eclesiales, empezando por nosotras mismas en nuestras propias instituciones en las cuales somos nosotras parte de las personas en liderazgo.

¡Soñar algo alternativo!!!! Sueño con una iglesia en la que mujeres y varones, en igualdad de condiciones y oportunidades, recreemos el proyecto de Dios desde la conciencia de que la creación entera gime con dolores de parto esperando el tiempo de su liberación. Me imagino mujeres poniéndose de pie al lado de los varones, caminando con ellos, diciendo nuestra palabra no desde la retaguardia sino en igualdad de condiciones. Sueño que un día encontremos estrategias, expresión de la novedad de la Ruah, que nos ayuden a hacer opciones y a tomar decisiones que hagan posible una iglesia incluyente. Quisiera que el CIT que estamos a punto de iniciar fuera un espacio en el que pudiéramos empoderarnos y ayudarnos mutuamente a hacer posible este caminar.

2.21.2009

CONTINUANDO CAMINHOS...


Continuando a nossa reflexão... A fim de educar-nos e educar mulheres e homens para novas relações de reciprocidade, igualdade, inclusão, respeito...

Paulo Freire, o nosso grande filósofo, pedagogo... que se colocou a serviço da construção de outro mundo possível, um mundo mais igualitário e feliz, onde o/a pobre, a mulher... todos/as e cada um/a é sujeito. Ele nos diz que ninguém educa ninguém, nos educamos em comunhão. EDUCAMOS, EDUCANDO-NOS.

Ao ler o material de preparação para o nosso Encontro de Mulheres que Tecem a Vida e os comentários da participação no blog, estou fazendo esta experiência e crescendo no desejo de aprender, desaprender... e de tecer outros aprendizados.

Sobre os primeiros passos da teoria de gênero... A realidade é complexa e não mudamos/cambiamos facilmente, por isso continuamos aprendendo e ensinando que algumas coisas e comportamentos são próprios de mulheres e outros próprios de homens. Além das características biológicas, eu me pergunto: - O que é mesmo próprio da mulher e o que é próprio do homem? Existe algo desejável para um/a que não é bom e desejável para a/o outra/o? - O que é humano, bom e desejável para homens e mulheres, porque humaniza, cria novas relações de acolhida e igualdade, desenvolve as múltiplas capacidades e possibilidades de cada um/a, é sinal do Reino...? A construção de gênero... Que deu e dá sustentáculo para a sociedade patriarcal e não contribuiu para construir um mundo mais humanizado e igualitário, necessita ser revista e desconstruída, a fim de possibilitar uma reeducação para um mundo melhor, mais humano e mais igualitário. E isto é responsabilidade de todos/as, de homens e mulheres...

Sobre a releitura bíblica... Que passos e chaves da releitura bíblica poderão ajudar a fazer uma leitura mais libertadora e que responda ao desejo do Deus de Jesus, que é uma vida mais plena para todos/as? - Desde as orientações do material estudado, da própria experiência e do trabalho com grupos populares e de mulheres, tem sido de grande ajuda..., os seguintes passos.
1. Ressonância do texto lido. Pois em algo conecta com a nossa realidade, perguntas, buscas, desejos... Tomar consciência dessa relação me parece importante. Palavra-Vida...
2. Olhar o contexto, a realidade. - Qual era... a realidade e a situação do povo e das mulheres? - Quem aparece no texto, como aparece, o que fazem e falam? Como aparecem as mulheres? - Por que as mulheres aparecem assim... ou não aparecem no texto? - Quais são as perguntas existenciais que provocaram... a construção do texto?
3. Qual é a imagem, a experiência, a visão... o rosto de Deus que aparece no texto?
4. Relação com a vida e com a nossa realidade atual, perguntas, luzes...


A leitura da Revista RIBLA... Todos os números e assuntos sugeridos são interessantes para a nossa reflexão. Para aprendermos a trilhar novos caminhos e continuar buscando. Mas o no. 56, RE-imaginando as masculinidades foi novidade para mim. Alguns elementos da espiritualidade masculina, vistos através da narração bíblica de Jacó; “Engendrar” uma nova masculinidade: aproximação desde Paulo...
Que aprendizados? - Numa sociedade (Igrejas) patriarcal, competitiva, de ascendência... Que marca a nossa vida, espiritualidade... – COMO aprender de Jacó, Paulo... e de tantos homens e mulheres “espirituais” a “fazer o caminho de regresso a casa... que implica um doloroso reconhecimento de sua/nossa humanidade”. ... Que implica experimentar o amor de Deus não no triunfo, mas sim na companhia e na amizade...
... Que implica um novo modo de situar-nos, como parte da humanidade com nossas luzes e sombras, com nossas dores e alegrias... Com simplicidade, humildade, profundidade, como comunidade de discípulas/os ouvintes da Palavra.
... Seguindo os passos de Jesus que se encarnou e assumiu a nossa humanidade, desde baixo... Para que todos/as tenham uma vida mais plena.
Imagino que todas/os estamos nos preparando para viver esta experiência de Encontro com a Palavra e entre nós, Encontro que tece vida e novas relações.



Relaciones de género en la iglesia (4) pp 58-63


• ¿A qué te sientes invitada con relación a la realidad de violencia que se vive en nuestro mundo? ¿En tu contexto? En la iglesia, ¿reconoces algún/as realidades de violencia?

La toma de conciencia de la realidad de violencia en el mundo y muy especialmente la violencia que me ha tocado presenciar de cerca en mi propio país, me ha invitado a comprometerme con el trabajo a nivel personal, comunitario y con diversos grupos para profundizar en la experiencia de perdón y reconciliación como base para la construcción de relaciones pacíficas. A lo largo de dos años trabajé intensamente en el proyecto de Perdón y Reconciliación de nuestra provincia.

Con el convencimiento de que la violencia, el odio, el resentimiento y el deseo de venganza se anidan en el corazón de las personas y son el motor de comportamientos violentos, sabemos que es el corazón de cada persona lo que hay que sanar para pueda generar relaciones armónicas y pacíficas con las personas que le rodean.

Cuando pienso en la violencia que se vive en mi contexto, me es posible palparla, descubro que hay muchas formas de violencia, algunas de ellas tremendamente crueles, como los llamados crímenes de lesa humanidad: las masacres, las torturas, el terrorismo, el secuestro, el desplazamiento forzado, la trata de personas etc. Semejantes formas tan atroces de violencia pueden cegarnos o distraernos para ver y luchar en contra de otras formas “menores” de violencia, como es la violencia de género: el abuso sexual, el acoso sexual, la discriminación de la mujer en los distintos escenarios sociales, la explotación de la mujer en el mundo laboral, etc.

Veo que en la Iglesia también se da violencia de género de muchas formas, algunas más fuertes, otras más sutiles. Es violencia el abuso sexual que también se da por parte de miembros de la Jerarquía, la discriminación de la mujer de algunos ministerios en la Iglesia, la explotación de la mujer religiosa y laica en el campo apostólico, pidiéndole trabajo voluntario en la evangelización, sin ninguna o con una escasa remuneración. También es violencia el ver a la mujer como la causa de pecado y la única responsable de seducir a sacerdotes que son incapaces de vivir su celibato, la falta de reconocimiento de sus cualidades, potencialidades y capacidades para ser parte activa en las decisiones que afectan a toda la comunidad eclesial.

El reconocer que la violencia está presente en el mundo, en mi país, en la Iglesia, en la sociedad en todos sus círculos, me invita seguir haciendo lo que está de mi parte para favorecer la paz, el trato respetuoso a las personas, especialmente a la mujer, el denunciar la violencia, el ayudar a mujeres víctimas de ella a empoderarse para protegerse a sí mismas. Aunque no pueda hacer esto a grande escala, la toma de conciencia de la violencia me inquieta e invita a un mayor compromiso, comenzando por domesticar mis propias reacciones violentas.

2.17.2009

Ve ha parecido bueno el artìculo de Camilo Maccise.
Es cierto que el modelo de Iglesia del Vaticano II ha querido volver al modelo bìblico pero ha seguido apoyandose en la teologìa escolàstica y asì se ha bloqueado el cambio.
El Vaticano II no ha creado su propia teologìa.
Por eso dogmatismo, juridicismo, autoritarismo, centralismo, gran jerarquia...ecc, al no tener una nueva base filosòfica y/o teològica, siguen aun el modelo del Imperio.
Creo que ahì este la raiz del haber destruido la novedad al menos en gran parte de Europa.
Marìa Jesùs Almazàn

2.16.2009

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 58 - 63. Febrero del 9 al 15

¿A qué te sientes invitada con relación a la realidad de violencia que se vive en nuestro mundo? ¿En tu contexto? En la iglesia, ¿reconoces algún/as realidades de violencia?

Les comparto algunas estrofas de una canción que escuché y ha calado hondo en mí, compuesta e interpretada por Ana Mercedes Pereira, en su CD “Artesanas de la vida”, pertenece a un grupo de mujeres que trabajan arduamente por la paz en mi querida Colombia, tan azotada por diversas formas de violencia.

“No hemos perdido la esperanza, no hemos perdido la ilusión, estamos juntas trabajando por un presente y un mañana un mejor.
No hemos perdido nuestros sueños cual mariposa vuelan ya, juntas hacemos lo posible y aquí estamos resistiendo hasta el final.
Vamos adelante artesanas de la vida tejiendo verso a verso el porvenir, teniendo claro el camino, trabajando unidas podemos salir…
Hay una luz que guía nuestro camino, hay una voz que nos dice: Aquí estoy, es la promesa de Dios que nos anima, si lo escuchamos nada nos faltará.
…No hemos perdido la ternura, vivimos en sororidad, a cada paso que avanzamos reivindicamos la justicia y la igualdad.”

Frente a la dolorosa realidad del mundo y de mi país me siento ante todo interpelada por la postura que asumo día a día en lo cotidiano, e invitada a abrir mis ojos, mis oídos, a acoger desde la escucha orante de la Palabra la realidad, a sentir, a expresar desde lo profundo el dolor de mis hermanas y hermanos víctimas de la violencia, a conocer organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos humanos, a soñar y a caminar en la búsqueda de acciones que les permita hacer valer sus derechos vulnerados y desconocidos.
Una de tantas situaciones de violencia que no quiero dejar de compartir es la que conocí de un grupo de mujeres en situación de desplazamiento en el litoral pacífico, habitantes de la cabecera de los ríos del Cauca y que tuvieron que huir con su familia, dejando lo poco que tenían, para salvar sus vidas. Llegaron a Guapi, un municipio de población afrodescendiente, rica por su cultura y biodiversidad en los que ha puesto sus ojos los grupos armados por ser tierra fértil y zona estratégica para desarrollar megaproyectos. Ellas en su mayoría analfabetas o con un grado mínimo de escolaridad, intentan con el acompañamiento de Pastoral Social, sacar adelante una microempresa de calzado en una zona de difícil acceso pues solo cuenta con vía marítima y aérea.
Al compartir con ellas sus sueños también conocí sus emociones de inmensa tristeza, rabia y miedo; esa gran carga emocional y psicológica producto del desplazamiento forzado que padecen mis hermanas/os y que aumenta cada día, según las estadísticas la cifra de personas en situación de desplazamiento forzado en Colombia está aproximadamente en cuatro millones.
Son muchas las heridas por las huellas de la violencia en todas sus dimensiones: económica, social, eclesial e intrafamiliar que debemos conocer, para poder sanar en fraternidad y sororidad.

UN POCO TARDE PERO CON DESEOS DE COMPARTIR

LECTURA REVISTA RIBLA No. 19: MUNDO NEGRO Y LECTURA BÍBLICA: “Hay zapatos viejos que hacen callos en los pies”. Silvia Regina de Lima Silva.


Deseo compartirles la importancia que tiene este texto para mí por el momento que estoy viviendo como mujer, como afrocolombiana y como religiosa. La autora del texto basa su reflexión desde su experiencia de lectura Bíblica personal y comunitaria destacando lo positivo de ella, como el encuentro con el Dios de nuestras madres, padres, abuelas, abuelos, el Dios de nuestros ancestros que trajo sentido a nuestras vidas y redimensionó la misión. La relectura Bíblica les llevó a inquietarse, cuestionarse y descubrir como dice: “Hay zapatos viejos que hacen callos en los pies”.
La autora resalta un aspecto muy valioso y es “la comunidad negra como sujeto hermenéutico” que nos ubica como punto de referencia para percibir la rica experiencia de fe de nuestro pueblo negro que resistió y atravesó siglos y siglos de historia; una experiencia desconocida por muchos/as, asumida por otros/as, marginada, no considerada pero que con todo esto en la historia se perciben las interpretaciones Bíblicas que hizo nuestro pueblo negro, construyó su propia hermenéutica; descubriendo claves de lectura que le permitieron tomar en sus manos la Palabra de Dios, tan manipulada y anunciada por el colonizador-evangelizador como justificación del sistema esclavista; a pesar de ello el pueblo negro supo hacer una interpretación bíblica que le permitió transformar la Palabra en consuelo, resistencia en el dolor (no simple alienación) y liberación.
Acercarse a la significativa experiencia religiosa del pueblo negro requiere desarrollar algunas actitudes en relación con la comunidad negra como son:
1.- Ver la realidad del pueblo negro y el ver exige aproximación, presencia, “estar con”.
2.- Escuchar las experiencias, las historias; escuchar sin pre-conceptos, dejarse implicar y envolver con lo que se oyó.
3.- Conocer desde el entrar en el movimiento del mundo del otro/a, en la carne, en la historia, en el “espíritu”, en los sentimientos – en lo que confiere sentido a la existencia. Conocer como acto de compromiso, de solidaridad que exige por parte de quien conoce, respeto y fidelidad.
4.- Bajar y encarnarse participando de todo, de la suerte, del destino, de las discriminaciones, dolores y risas, de la vida del pueblo; asumiendo una postura distinta es participar de una experiencia de fe donde no haya cabida para la arrogancia y el creerse dueños/as de la verdad.
La autora concluye bellamente: “el gran misterio vivido por el pueblo negro, el secreto de su hermenéutica bíblica, fue haber descubierto que la Biblia no es “la palabra de Dios”, sino “una palabra de Dios”. Este mismo Dios/a nos dirigió otra palabra, nos habló y nos habla por los orixas, por la tradición de nuestros ancestros, palabras de igual valor que demuestran el cariño y cuidado de nuestro Dios”. Les comparto que al leer esta parte del artículo entré en contacto con mis paradigmas de interpretación bíblica anquilosadas en las que al escuchar que la Biblia no es “la Palabra de Dios” sino “una Palabra de Dios” me movió el piso y me hizo releerlo una y otra vez y analizar que hay otras semillas de la Palabra y cuando menciona que nos dirigió otra Palabra (por los orixas, la tradición de nuestros ancestros) experimenté una inmensa alegría porque sentí que nuestra riqueza espiritual, cultural y nuestros ancestros fueron tenidos en cuenta no para cuestionarlos de sincretistas, sino como “palabra de Dios”; que son valiosos y expresan el acontecimiento de Dios en nuestra historia y realidad de pueblo negro.
Tampoco podía dejar de pensar desde la perspectiva de género y reconocer que posturas androcéntricas hacen que la Palabra de Dios sea para muchas mujeres como “zapatos viejos que hacen callos en los pies” porque como al pueblo negro también a ellas se les ha evangelizado con la Palabra desde la sumisión, la subvaloración, la exclusión y el irrespeto. El artículo leído en perspectiva de género es una invitación a reconocer a la mujer como sujeto hermenéutico, es tener como referencia una historia de fe y es una invitación a abrir los ojos para descubrirla como portadora de la “Buena Nueva”[1], para escuchar su experiencia y protagonismo en lo cotidiano, bajarse y encarnarse y participar de su situación con una postura distinta que genere confianza para que pueda expresarse y compartir el caudal que tiene.
Por lo tanto, el sentir que “hay zapatos viejos que hacen callos en los pies” es incomodarme con ello, reflexionar, invitar a otras y a otros para tomar conciencia y buscar soluciones para que esos paradigmas androcéntricos construidos y establecidos desde hace tiempo sean reflexionados, cuestionados y sobre todo transformados para que no nos sigan haciendo daño ni nos impidan caminar con dignidad como hijas e hijos de Dios.
[1] Jn 20,18.

Relaciones de género en la Iglesia (3)

Relaciones de género en la iglesia (3)

• Comenta sobre aspectos de tu vida y de otras mujeres que están “desempoderados”, sobre las propias fortalezas y de otras mujeres que son formas de poder que podrían desplegarse a las áreas de nuestra vida que lo necesitan. Imagina un plan de recuperación de espacio de poder que hemos cedido y la forma de poder que deseamos utilizar en las relaciones. Puede ser a nivel social, familiar, comunitario, eclesial…

Cuando pienso en aspectos de mi misma que están desempoderados se me ocurre por ejemplo, reconocer algunas capacidades personales no suficientemente desarrolladas: mi capacidad analítica, la conciencia crítica y especialmente la habilidad de argumentar con poder de convicción. Estas habilidades, que en nuestra sociedad patriarcal han sido “rasgos característicos del sexo masculino”, reconozco que necesito potenciarlas más en mí. Cuando me pregunto de dónde me viene este desempoderamiento tengo que reconocer que puede provenir de un aprendizaje “inconsciente” de estereotipos y capacidades atribuidos al sexo masculino. He sido expuesta a una tipo de educación que valoraba más la memorización o la repetición de lo que otros decían, que mi propia palabra u opinión. También a lo largo de muchos años me he expuesto mayoritariamente a autores masculinos en los libros que leía. El buscar mujeres escritoras en los distintos campos del conocimiento ha sido en más bien una intención tardía en mí.

Cuando considero aspectos de la vida de otras mujeres que están desempoderadas lo primero que viene a mi mente es la preparación académica de muchas, que en la mayoría de los casos está muy por debajo de la de los hombres, no por incapacidad personal, sino por una serie de condicionamientos que restringen las posibilidades de educación superior a las mujeres. Por ejemplo el bajo porcentaje de mujeres en ciertas carreras universitarias tradicionalmente estudiadas por varones. Recuerdo a una joven que me comentaba lo difícil que fue para ella graduarse en Electrónica, ya que la mayoría de sus compañeros de clase eran hombres, eran únicamente tres mujeres quienes comenzaron esta carrera, y sólo ella llegó a graduarse en un grupo de 23 hombres. Fueron muchas las presiones que sufrió, no sólo de los profesores, sino también de sus mismos compañeros de clase que le decían qué hacia ella estudiando esa carrera universitaria.

Un espacio que las mujeres necesitamos recuperar o al menos tener una mayor incursión es el ámbito del conocimiento, en el mundo académico. Aunque en Colombia por ejemplo, según cifras del INE más del 60% de los nuevos titulados son mujeres, sin embargo las profesoras universitarias sólo son el 37% y pero el profesorado aún es mayoritariamente masculino. Necesitamos más mujeres profesionales que hagan su contribución en el campo del conocimiento, la investigación, o la enseñanza en instituciones de educación superior, sin que la maternidad o los “quehaceres domésticos” o simplemente la falta de recursos económicos sean un obstáculo para ello.

Cuando pienso en un plan de recuperación de este espacio veo que supone un largo proceso y el cambio de muchos factores que dificultan dicha participación de la mujer en el mundo académico. Por ejemplo factores de tipo económico debido al alto costo de las carreras universitarias, el fomentar la igualdad de oportunidades para el acceso a instituciones educativas, potenciar que la mujer misma descubra y crea en sus capacidades intelectuales y quiera cultivarlas, que los gobiernos faciliten programas de educación en las distintas regiones del país, no sólo en las grandes ciudades, el liberarnos del estereotipo de que hay carreras propias de los hombres y las mujeres etc.

Debate teórico: Síntomas de desórdenes por estrés postraumático en niños y niñas”

Al realizar la lectura y posterior debate teórico con un grupo de compañeras y compañero de trabajo, con relación a los síntomas de desordenes por estrés postraumático en niñas y niños, y al analizar como estas situaciones en que ellas y ellos son las mayores victimas, nos damos cuenta que estas realidades elevan la necesidad de tener posturas de mayor desafío, ya que los medios en los que nos desenvolvemos por ser educadoras y educadores populares nos llevan a mirar la realidad de violencia con la urgencia de apostar desde otros sentidos por educar con una perspectiva diferente. Las niñas y los niños son los mayores afectados de las situaciones de violencia que día a día tienen que vivir, por el desplazamiento forzado, el desempleo de sus padres, la inestabilidad en el sistema familiar, las formas de relacionarse ,etc. lo más triste es que estas situaciones quedan ignoradas y ocultas por temor a consecuencias mayores, por no tener a quien acudir o por desconocer los derechos y las posibilidades de personas e instituciones que pueden protegerlos y defenderlos, las secuelas de la violencia tocan la vida de las mujeres, de sus hijos e hijas.
La invitación personal que siento es a ponerme al servicio de los demás y especialmente al servicio de los más vulnerables por las consecuencias de la violencia, desde el trabajo educativo y comunitario, a relacionarme con ellos y ellas desde sus posibilidades, haciendo y uniendo esfuerzos con otras y otros por promover en ellos y ellas su ser de personas y el reconocimiento de su dignidad.

Nuestras y nuestros estudiantes muestran señales o síntomas de traumatismo desde los cuales nos hablan y que requieren de nosotras agudizar nuestros sentidos y sensibilizar y flexibilizar nuestras prácticas para llevarlos hacia el encuentro de sí mismos, de lo otro y de los otros, siendo mediadoras y escuchando realmente lo que esas voces nos quieren gritar, es ahí donde las formas y actitudes de relacionamiento cobran sentido , ya que podemos estar perpetuando una situación o brindando herramientas para que la vida y la postura frente a la misma se transforme. El papel de la educación es vital y aunque parezca un discurso utilizado siempre es en esta donde tenemos los medios para llegar a la transformación de las personas y de las sociedades.
Ingrid

GÉNERO Y DESARROLLO EN LAS INSTITUCIONES ECLESIALES

SEMANA DEL 16 al 22 de febrero (Teresa del Pilar)

“Género y desarrollo en las instituciones eclesiales” (pp. 64 – 73 del mismo libro).

Ø A partir de lo leído, comento sobre mi realidad eclesial a nivel institucional tanto en los ambientes locales como en los nacionales y supranacionales.


Los entramados institucionales en Paraguay todavía son muy excluyentes para las mujeres. En otras palabras, la falta de equidad de género en las relaciones interpersonales e institucionales es lo habitual. No obstante, en la capital y algunas otras provincias, se va dando un paulatino deseo de superación. Las asociaciones de mujeres están haciendo mucho en la toma de conciencia de sus derechos. La contrapartida de esto es la polarización en la defensa de algunos de los supuestos derechos, por ejemplo, el fanatismo por despenalizar el aborto. Esta realidad generalizada la constaté al averiguar sobre la posibilidad de integrarme en algún grupo. Si bien se hallan trabajando por la liberación de las mujeres, en otro sentido, están como bastante ideologizadas en una dirección.

Más allá de un consenso en el tema mencionado, creo que sería conveniente intentar planificar conjuntamente acciones estratégicas que comprometan tanto a los líderes de las distintas instituciones que influyen directamente en las políticas como al personal en general que colabora en dicha plasmación.

Me parece oportuno destacar que la inequidad de género afecta con mayor fuerza a las mujeres de escasos recursos (campesinas, indígenas y jóvenes) y a las que no han sido promovidas en el aspecto académico. En otros términos, la falta de justicia de género está estrechamente vinculada a la clase social, a la generación, y por qué no decirlo a la orientación sexual. Los/las que no son heterosexuales son estigmatizados, marginados y excluidos de la sociedad; prácticamente de todos sus derechos y beneficios. Situación que lleva a un doble estándar en las relaciones. Parejas públicamente heterosexuales, en lo privado tienen sus relaciones homosexuales.

Por otro lado, en Paraguay, en el ámbito de la Iglesia institucional, va creciendo la cantidad de movimientos de tendencia integrista como el Opus Dei, Heraldos de Evangelio, ente otros. Con gran sorpresa del pueblo cristiano, incluso de ciertos Obispos, son nombrados desde Roma Obispos pertenecientes al Opus Dei, en abierta discordancia con la línea dialogante y fraternal de otros Pastores. Sin selección previa dichos pastores (del Opus Dei) recogen a los jóvenes campesinos y les ofrecen todo tipo de bienestar y confort a cambio de la posibilidad de constituirse en sacerdotes. La consecuencia de lo anterior es que los mismos acceden deslumbrados y van adentrándose en un proceso que culmina desarraigándolos de su cultura y convirtiéndolos en personas rígidas que ya no saben quiénes son, de dónde vienen, ni adónde van.

A propósito de Pastores, recuerdo que, en abril pasado, la Confederación de Religiosos del Paraguay (CONFERPAR) convocó a todos los ciudadanos y ciudadanas para pedir por el país ante la inminente elección presidencial. En dicha ocasión, en una masiva celebración eucarística en la Catedral, el Arzobispo de Asunción pidió a las religiosas sin hábito “que fueran mejor vestidas”.

Al decir de Nancy Cardozo (Revista Ribla), los señores clérigos paraguayos y pseudo dueños de la verdad, no satisfechos con esto, pretenden también seguir manteniendo el “control hegemónico” sobre los cuerpos de las mujeres, denigrándolas públicamente. Y lo hacen precisamente en una celebración eucarística donde el “Cuerpo de Cristo” invita fraternalmente a un encuentro íntimo con otros cuerpos. ¡Paradójico!

Como quiera que sea, creo que estas “pequeñas” anécdotas podrían ser suficientes para forjarnos una pálida idea de la realidad institucional, de la Iglesia jerárquica en Paraguay.

Ø Dejo soñar algo alternativo…

Quiero hacerme la idea de que todavía sigo queriendo soñar. Soy una convencida de que los cambios, grandes o pequeños, no vienen de arriba, sino desde “abajo” y desde “adentro”. Entiendo que con la prerrogativa del poder se “está muy bien”, como para anhelar una desestabilización que significa la alternativa de los nuevos paradigmas. Es sabido que, muchas veces, el poder llega a obnubilar la capacidad de decisión y de libertad. L@s que nos sentimos con las alforjas ligeras tenemos que prestarles el servicio de empujar la historia hacia delante. En sus momentos de lucidez y liberación nos lo agradecerán. Aunque no lo hicieran, vale la pena. Hacer justicia a la complejidad de la realidad es más que un acto de buena voluntad, es un legítimo imperativo ético. Las perspectivas con sus matices han de tener el espacio que le corresponde.

Las mujeres soñamos, yo sueño, una Iglesia donde no sólo se pregone una justicia para fuera, sino que se empiece a vivirla desde dentro. Si la justicia es un elemento constitutivo del Evangelio es necesario que la mujer sea “empoderada”, que acceda al poder que le corresponde, sólo así puede haber verdadera reciprocidad.

Hemos de empezar al menos por hablar entre nosotras, pues en “algunos ámbitos” no se nos es permitido hacerlo. Conversar, soñar juntas, planear estrategias… es un buen inicio…

2.15.2009

" DEBATE TEÓRICO: SINTOMAS DE DESÓRDENES POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO EN NIÑOS Y NIÑAS "

SEMANA DEL 9 AL 15 DE FEBRERO

" DEBATE TEÓRICO: SÍNTOMAS DE DESÓRDENES POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO EN NIÑOS Y NIÑAS "
( PP. 58 - 63 ) LIBRO RELACIONES DE GÉNERO EN LA IGLESIA.

LA REALIDAD DE VIOLENCIA QUE SE VIVE EN NUESTRO MUNDO ES IMPRESIONANTE Y MUY DOLOROSA. TANTO QUE PARECE NO HABER SOLUCIÓN. ESTA REALIDAD ME INVITA A DAR LO MEJOR DE MI MISMA EN LA MISIÓN, A TENER ENTRAÑAS DE MISERICORDIA Y CERCANÍA, ESPECIALMENTE CON LAS VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA Y LOS ABUSOS DE TODA ÍNDOLE.

EN EL CONTEXTO EN DONDE VIVO Y TRABAJO, HAY MUCHA VIOLENCIA EN LOS HOGARES, EN LA CALLE, EN LOS COLEGIOS Y EN TODO EL PAÍS. LA IGLESIA NO ESCAPA A ESTA REALIDAD. EN ALGUNOS MOMENTOS HA SIDO DEL DOMINIO PÚBLICO EL ABUSO DE SACERDOTES A MENORES DE EDAD. EL GOBIERNO TAMPOCO REALIZA DEBIDAMENTE SU LABOR DE PROTECCIÓN A LA NIÑEZ.

COMPARTO ALGUNOS DATOS DE NUESTRA REALIDAD EN NICARAGUA, SACADOS DE CODENI: Federación Coordinadora Nicaragüense de ONGS que trabajan con la Niñez y la Adolescencia.


En Nicaragua de una población de más de 5 millones persiste 2.38 millones de personas en alguna condición de pobreza y de éstos el 15 por ciento se ubican en la extrema pobreza, los que viven con un dólar o menos al día.

Existe aún grandes limitaciones en la aplicación y cumplimiento de los derechos de las niñas, niños y adolescentes, los que no son tangibles. Enfrentándose múltiples obstáculos derivados de la situación de pobreza generalizada, el divorcio entre la política económica y social, ineficiencia en las instituciones del Estado y la corrupción.
La cultura política ha privilegiado los intereses partidarios por encima del interés de la población y del interés superior de niñas y niños, constituyéndose en una de las principales dificultades para avanzar en el cumplimiento de los derechos de la niñez.

Más de 600 mil nicaragüenses han emigrado a Costa Rica y otros 300 mil se encuentran en Estados Unidos y otros países. 4 de cada 10 emigrantes son niñas, niños y adolescentes.

Anualmente quedan fuera del sistema educativo entre 800 mil y un millón de niñas, niños y adolescentes. Se registra un 20.5 por ciento de las y los nicaragüenses mayores de 10 años de edad como analfabeta, sin embargo la cifra se duplica en la población rural de la Costa Caribe llegando al 40 por ciento. Por cada estudiante se asignó 83 dólares anuales en el 2001 y en el año 2002 la asignación fue de 78 dólares.

La desnutrición crónica afecta al 31 por ciento de la población pobre con menos de cinco años de edad.

A partir de los 5 y 6 años de edad las niñas y niños se
integran a labores relacionadas con la agricultura, industria manufacturera y comercio. Más de 25 mil niñas y adolescentes mujeres están dedicadas al trabajo infantil doméstico y más de 300 mil laboran en diferentes actividades catalogadas como peores formas de trabajo infantil.

1 de cada 3 mujeres reporta abuso físico, estando embarazada, frecuentemente delante de sus hijos. El 52.9 por ciento de las niñas y niños que viven en hogares urbanos y el 54.40 por ciento de los que viven en domicilios rurales son víctimas de maltrato.

CODENI, Febrero del 2005, Ginebra, Suiza.


QUISIERA TERMINAR CITANDO UNAS PALABRAS DE LA SANTA MADRE:
"...DETERMINÉ A HACER ESO POQUITO QUE ERA EN MÍ... CONFIADA EN LA GRAN BONDAD DE DIOS QUE NUNCA FALTA DE AYUDAR A QUIEN POR ÉL SE DETERMINA A DEJARLO TODO... "


C.P. 1, 2

TERESA DE JESÚS

2.13.2009

No es que vaya por libre, pero al estar en un pais con otra lengua estoy teniendo algunas dificultades en conseguir la bibliografia aconsejada.
De todas maneras puedo compartir a ùltima hora que me ha enriquecido la preparciòn que estamos llevando a cabo, el tema y el intercambio.
Con mis hermanas he podido compartir contenidos e inquietudes. Hemos analizado y orado algunos testos de la Palabra en clave femenina y nos ha gustado de veras.
He podido leer algunas publicaciones en italiano y me voy a referir a un par de libros que he terminado en estos dìas: "Le Donne" de P. Daco y "Streghe" de Lilli Gruber. El primero es un ensayo psicologico y el segundo un analisis periodistico que teje una red femenina sumergida o interumpida en la sociedad italiana en la que vivo y que creo que es bastante semejante a la europea en general.
Hablando con algunas mujeres de mi entorno creo que "la bataglia per la parità" no es tanto un cara a cara entre hombres y mujeres sino màs bien un choque entre pasado y futuro.
La reflexiòn sobre la velocidad de los cambios de las ùltimas décadas nos han llevado a esta intuiciòn.
De aquì que se despierte en nosotras cada vez màs la necesidad de educar "despiertas al cambio" apoyadas en la raiz de identidad que no cambia.
Ya falta poquito para encontrarnos. Tengo mucha ilusiòn.
Marìa Jesùs Almazàn

2.10.2009

MAS VALE TARDE QUE NUNCA....

Ya falta poco para encontrarnos y compartir "cara a cara" y como que más personal y expontáneamente. Aunque ya sea un poco tarde, pero no quiero quedarme sin compartir virtualmente algo de lo que han ido dejando en mí las lectura de preparación al foro. La verdad que me alegra y da mucho ánimo y esperanza leer nuestros documentos teresianos en cuanto a lo que nos iluminan y proponen sobre género, la cosa es aterrizarlo en lo concreto y ahí si que nos falta mucho, siento que apenas estamos inciando la etapa de concientización..... De manera espacial creo que al análisis de la realidad que nos presenta el PET es muy iluminador.
Algunas de las lecturas y ejercicios los he hecho con las hermanas de mi comunidad y nos han ayudado mucho, siento que no voy sola al CIT, ellas también van comigo, su vida y su experiencia.
Como aquí trabajamos muy incertas en la iglesia local, vivimos y experimentamos muy en carne propia la realidad del ser mujer dentro de ella; también escuchamos a diario muchas realidades de violencia y maltrato por el machismo, pero tal vez lo más doloroso es ver que no nos damos cuenta, o que a veces nostras mismas como mujeres no queremos aceptar, o nos parece normal y que así tiene que ser......
Una de las revista de RIBLA que me ha gustado más es la de las masculinidades, concluyo que también hay que trabajar mucho por educar verdaderos hombres. Leí el artículo sobre Jacob y me gustó mucho el análisis de las etapas de madurez espiritual del varón. Muy útil para las que somos muy de "amigos", como la Santa.... aunque eso nos traiga muchos problemas y malas interpretaciones, pero también mucha riqueza y libertad de espíritu.
Pero bueno, además de todas esas reflexiones y más, les comparto una inquietud grande que tengo y que me ha llevado a buscar más información, preguntando, leyendo, observando y haciendo síntesis de mi experiencia en el mundo indígena. Mi pregunta principal es si el machismo, tan arraigado en mi querida tierra mexicana, es o no propio, es decir, está en la raíz de las culturas indígenas o llegó después?????? ¿Cómo es la cuestión de género en el mundo indígena? Y creo que puedo decir que por ahí voy encontrando una fuenta muy rica de sabiduría y de luz que nos puede ayudar mucho y marcar el camino.

2.08.2009

VIOLENCIA

SEMANA DEL 9 al 15 de febrero (Teresa del Pilar)

Ø “Debate teórico: Síntomas de desórdenes por estrés postraumático en niños y niñas” (pp. 58 – 63 del mismo libro).

Ø ¿A qué me siento invitada con relación a la realidad de violencia que se vive en nuestro mundo? ¿En mi contexto? En la iglesia, ¿reconozco algún/as realidades de violencia?


Este taller (como el tema de “Género y poder”) también lo realicé con padres y madres de familia de alumnos de nivel inicial de la Fundación teresiana, situada en un barrio marginal de Asunción: “Chacarita”.

Esta vez no asistió ningún padre de familia, eran todas mamás, sin pareja (soltera o separada o abandonada), con numerosos hijos, como es habitual en los lugares marginales. La mayoría compartió alguna situación traumática vivida personalmente o en algún miembro de la familia. Los problemas más frecuentes tenían relación con violaciones a niños y niñas, alcoholismo, venta y consumo de drogas, crímenes pasionales, robos, complicidad de los mismos policías en los actos delictivos…

Hemos ido hablando de las posibles herramientas que pudieran ayudarlas a paliar dichas situaciones. Es una cuestión estructural compleja, supone un trabajo creativo, duro, profundo y sistemático, en red con profesionales de otras instituciones. En este sentido, la Fundación Teresiana (ex alumnas del Colegio Teresiano de Asunción) desde hace años viene haciendo un trabajo loable y muy valioso.

Ahora bien, lo que me parece violento en iglesia jerárquica es el MODO DE SITUARSE, que los lleva a manifestarse desde una arrogancia, autosuficiencia, verticalismo, falta de escucha, complejo de superioridad, miedo a perder el monopolio de poder… Desde una idea errónea de ser los absolutos poseedores de la verdad, desde un intento de querer controlar los hilos más imperceptibles de toda la realidad humana, no sólo de la vida de la iglesia. Y a partir de aquí todas las acciones que se puedan contar como consecuencia de dichas actitudes son meras anécdotas que muestran la punta de un escabroso y complejo iceberg vinculado con un secular androcentrismo-patriarcal.

En Paraguay, no así en otros países, la gente sencilla todavía tiene miedo a denunciar los abusos de sacerdotes a niños y niñas. Es más, hay una cierta ingenuidad en relación a este tema, como si los presbíteros estuvieran inmunes para cometer dichos actos delictivos. No obstante, es sabido que en parroquias y colegios muchos niños/as y jóvenes son víctimas de acoso sexual por parte de tales ministros. También se da un pudor mal entendido con mezcla de vergüenza para denunciar estos actos. Sin embargo, muy lentamente ciertos sectores (de laicos y laicas) van tomando conciencia de que el silencio cómplice es un modo de legitimar la impunidad y la injusticia, fruto de una ideología androcentrista.

Ante esta realidad de violencia que se vive en nuestro mundo, en muchos ámbitos, empezando por la Iglesia, me siento invitada, ante todo, a reconciliarme conmigo misma, desde mi ser más profundo. Aprender a vivir desde mis sombras, personales y colectivas, asumir que “en” ellas y “desde” ellas es posible vivir en la luz. Acoger las realidades cotidianas como el desafío más cercano que tengo para realizar mi aporte concreto en la integración de las distintas realidades. Reconocer mis “poderes” y los de las/los demás para buscar y hallar la forma de que interactúen en reciprocidad (equidad) con los poderes de otros hombres y mujeres. Y esto porque la paz es fruto de la justicia.

RELACIONES DE GÉNERO EN LA IGLESIA (2)

Semana del 8 al 15 de febrero

Mientras pensaba en la realidad de violencia, me acordé de un artículo escrito por Camilo Maccise, antiguo general de los carmelitas, sobre la violencia en la iglesia. Creo que con relación a este tema es un artículo que nos viene muy bien, por eso lo transcribo aquí para todas/os:
Giselle

LA VIOLENCIA EN LA IGLESIA
Autor: Camilo Maccise, teólogo Carmelita Descalzo

Hablar de violencia en la Iglesia puede parecer un contrasentido. Violencia, en efecto, implica fuerza (vis) física, moral o psicológica para imponer y coartar, para forzar y obligar. Y esto sería contradictorio e impensable en la comunidad de creyentes fundada por Jesús, nuestra paz, que vino a liberarnos de toda esclavitud y opresión, que "destruyó el muro de separación: el odio, y de los dos pueblos ha hecho uno solo... [y] los reconcilió con Dios por medio de la misma cruz" (Ef 2, 14.16); que edificó su iglesia en el amor a Dios y al prójimo, incluso al enemigo (Mt 5,43-48).

Sin embargo, la historia de la Iglesia, divina y humana a la vez, nos hace ver que la violencia ha sido practicada por ella hacia dentro y hacia fuera de la misma suscitando o tratando de reprimir conflictos entre la autoridad jerárquica y la base, entre interpretaciones tradicionales de la fe y nuevos acercamientos a la misma, entre exegetas, teólogos, moralistas y magisterio, entre institución y carisma, entre iglesia y sociedad...
Nuestra reflexión no es sólo teórica. Tiene en cuenta también la historia pasada y reciente en la vida de la iglesia junto con experiencias personales o testimoniales en el presente del pueblo de Dios que peregrina como signo pobre e imperfecto del Reino de Dios. Estas experiencias actuales no son simples anécdotas aisladas sino líneas de dirección que caracterizan habitualmente el modo de actuar de organismos centrales de la iglesia.

El trasfondo de la violencia eclesial
Al analizar el trasfondo de la violencia eclesial hay que tener en cuenta los comportamientos psico-sociológicos de los individuos y de los grupos humanos con todas sus tensiones en la esfera relacional y con sus causas personales y estructurales. Igualmente hay que superar visiones maniqueas que identifican el poder con el mal y que juzgan siempre negativamente desde el punto de vista moral a quienes lo ejercen en la sociedad y en la Iglesia. Puede existir y de hecho se da un estilo evangélico de practicar la autoridad (Mt 20,24-28). Esta aclaración permitirá encuadrar con realismo las experiencias de violencia en la iglesia y de evitar, al mismo tiempo, juicios moralmente negativos sobre las intenciones de quienes de hecho la practican en forma consciente o inconsciente. No se trata, por tanto, de enjuiciar a las personas que casi siempre proceden guiadas por el deseo de salvar la identidad eclesial, de proteger lo que consideran el bien y la verdad.

La tensión de dos movimientos presentes en los grupos humanos

Todo grupo humano estructurado vive la tensión entre dos movimientos: uno centrípeto y uno centrífugo. El primero se preocupa de conservar la identidad; el segundo de encarnarla y renovarla con dinamismo y creatividad para que el grupo se mantenga con vida y para que su existencia continúe teniendo sentido. Ordinariamente el movimiento centrípeto está representado por quienes tienen el poder y la autoridad. Una parte de la base, en cambio, tiende más fácilmente a buscar caminos nuevos, a transformar las estructuras, a cuestionar los aspectos organizativos del grupo. Ambas tendencias pueden querer imponerse a través de una cierta violencia. Si el movimiento centrípeto predomina y se impone, el grupo obligará a sus miembros vivir una identidad estática en el sometimiento y la uniformidad.

Si, por el contrario, vence el movimiento centrífugo, el grupo corre el peligro de la dispersión y la fragmentación que conducen a la pérdida de la propia identidad. La superación de este doble peligro se dará en la integración armoniosa de ambas tendencias a través del diálogo y de la aceptación de un pluralismo en la unidad.
En la iglesia tenemos dos aspectos necesarios y complementarios: el institucional y el carismático que, de ordinario, concretizan los dos movimientos de los grupos humanos: lo institucional, el movimiento centrípeto; lo carismático, el centrífugo. La iglesia en su aspecto institucional valora más la recta doctrina, la disciplina, la organización, y la cohesión protegiendo su identidad por medio del dogma, la ley, el poder centralizado. En su aspecto carismático, la iglesia da más importancia a la recta praxis, a las relaciones fraternas, a la cercanía con la gente, especialmente con los pobres, a la denuncia profética. Vive y promueve la solidaridad, la inculturación del evangelio, la corresponsabilidad, la descentralización y la práctica del amor cristiano con su dimensión social para promover la justicia en el mundo. Aquí también, como en todo grupo humano, el camino para resolver las tensiones que surgen es el del diálogo que conduzca a la aceptación de la diversidad en la unidad construida alrededor de lo que es realmente esencial.

El modelo de Iglesia

El modelo de Iglesia (la forma como la Iglesia se entiende a sí misma y se presenta a los demás) influye igualmente en la forma de concebir y de ejercer el poder. Ese puede conducir a la violencia que impone o al servicio abierto a la confrontación y al diálogo en la búsqueda de la verdad y de los caminos de Dios para la iglesia.
Durante muchos siglos, a partir del Edicto de Constantino (s. IV), prácticamente hasta el Vaticano II, predominó el modelo de iglesia como sociedad perfecta con fuerte acentuación en lo jerárquico que llevó a distinguir dos categorías de cristianos: el clero junto con la vida religiosa por un lado y los laicos, por otro; la iglesia docente (que enseña) y la iglesia discente (que aprende); la jerarquía que gobierna, decide, determina y el laicado que obedece, acepta y ejecuta. En ella las distinciones se dan piramidalmente, por una jerarquía de carismas. El primer puesto lo ocupan quienes ejercen la autoridad. En ella se concentra casi todo el poder.

El Concilio volvió al modelo bíblico de iglesia y la presentó nuevamente como una iglesia de comunión, pueblo de Dios y sacramento del Reino. En ese modelo las relaciones entre los carismas parten del objetivo de los mismos que es el de favorecer la unidad en la diversidad. Las distinciones no se tienen primordialmente por el orden jerárquico sino por el tipo de servicio. Este modelo de iglesia exige un modo nuevo de ejercer la autoridad. Por desgracia, en el período posconciliar, el discurso teórico en esta línea está siendo frecuentemente desmentido por una praxis eclesial caracterizada por un creciente centralismo, autoritarismo, dogmatismo y juridicismo generadores de exclusión al estilo del modelo anterior de iglesia-sociedad perfecta.

Manifestaciones de violencia en la iglesia

En la iglesia actual no se aplica más la violencia física que se practicó en el pasado cuando religión y estado estaban estrechamente unidos. Entonces los disidentes en el campo dogmático como moral eran considerados como miembros desintegradores de la identidad cristiano-católica y social. Aun sin aceptar la leyenda negra de la inquisición, (que también existió en el campo protestante), no se pueden negar hechos inaceptables de condenación de parte de la iglesia como el de consignar a los considerados herejes al "brazo secular" para ser torturados o incluso ejecutados por su falta de ortodoxia o por su rebeldía a la autoridad eclesiástica. En el mundo moderno y posmoderno esa forma de violencia ha desaparecido en la iglesia. Quedan con todo, otras formas de violencia moral y psicológica que siguen siendo practicadas en la institución eclesial y que son manifestaciones de un tipo de poder que no tiene en cuenta el derecho a una legítima diversidad en la iglesia y la exigencia evangélica del diálogo y de la superación del miedo. A la luz de la experiencia puedo señalar algunas de esas violencias, que son práctica muy frecuente en la iglesia, sobre todo en algunos dicasterios romanos.

La violencia del centralismo

El centralismo es una forma refinada de violencia porque concentra el poder de decisión en una burocracia eclesiástica, lejana de la realidad de la vida, ignorante de los desafíos que enfrentan los creyentes en las diferentes circunstancias socio-culturales y eclesiales, incapaz de admitir la pluriformidad. De ese modo se ejerce la violencia al tratar a los creyentes de todas las categorías, desde las conferencias episcopales hasta los grupos de laicos pasando por la vida consagrada, como menores de edad, necesitados de una superprotección y de una disciplina impuesta con criterios miopes.

En el período posconciliar se ha ido destruyendo poco a poco el esfuerzo de descentralización iniciado por el Vaticano II y el camino de la colegialidad episcopal. Incluso los sínodos episcopales convocados periódicamente están controlados en su metodología y en la elaboración de sus documentos por la Curia romana. En la mayor parte de los sínodos ha habido obispos que han denunciado inútilmente la violencia de este control aplicado por mentalidades neo-conservadoras bien estructuradas y con mucho poder para tratar de imponer su punto de vista y sus decisiones condicionadas por una teología abstracta y desfasada. Presionan con acusas y sanciones también a quienes se atreven a enjuiciarlas por amor a la iglesia y sin romper la comunión en ella. Se les tacha sistemáticamente de practicar un magisterio paralelo, una pastoral paralela y de pretender crear una iglesia paralela.
El centralismo reforzado procede en gran parte de la desconfianza y el miedo. ¿Cómo explicar si no el que se tarde dos y tres años para aprobar la traducción de textos litúrgicos hecha por expertos y aceptada unánimemente por conferencias episcopales? Se practica así la violencia de la sospecha y de la descalificación de enteros episcopados. Ese mismo miedo de perder el control de todo hizo surgir, ya en el Sínodo sobre la vida consagrada y después por parte de la Congregación para la doctrina de la fe, la propuesta de exigir la confirmación del Vaticano para los Superiores Generales electos por sus respectivos Institutos religiosos. Ante una reacción mayoritariamente negativa, la Congregación para la doctrina de la fe envió una carta a teólogos de su confianza pidiéndoles que comenzarán a escribir para apoyar esa iniciativa e ir creando una opinión favorable a ella.

El control centralista de la Curia romana impide también el acceso de grupos cualificados a un diálogo directo con el Papa. Los Consejos de la Unión de Superiores Generales (USG) y la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) han tratado inútilmente de tener una audiencia-encuentro con el Santo Padre desde 1995. Mientras otros grupos menores irrelevantes e individuos ajenos a la fe y a la iglesia obtienen esa posibilidad, los representantes de más de un millón de personas consagradas comprometidas en las más diversas actividades pastorales y en los puestos de frontera evangelizadora no han podido lograrlo. Este es un modo sutil de impedir los espacios de diálogo indispensables para una colaboración intraeclesial. Por eso, un padre conciliar se atrevió a decir durante la celebración del Vaticano II: "no le tengo miedo a Pedro (al Papa), sino a los secretarios de Pedro (la Curia romana)".

Una forma de violencia que se tiene con frecuencia en las estructuras de la iglesia es la del autoritarismo patriarcal. Pruebas de ello son entre otras la exclusión de las mujeres de los "espacios de participación en diversos sectores y a todos los niveles, incluidos aquellos procesos en que se elaboran las decisiones, especialmente en los asuntos que las conciernen más directamente"(1). Resulta incomprensible, por ejemplo, que las mujeres contemplativas no hayan sido consultadas en la preparación del documento Verbi sponsa sobre la clausura. Fueron varones los que legislaron para un tipo de vida que no conocen sino en teoría(2). Esa legislación exige de las monjas contemplativas lo que no exige de los monjes contemplativos en cuestión de permisos para excepciones a las normas establecidas. Es un ejemplo de violencia discriminatoria hacia la mujer consagrada contemplativa. Se la considera como menor de edad como en siglos pasados, incapaz de mantenerse fiel a su identidad claustral sin una vigilancia de parte de los varones.
Otras formas de violencia autoritaria que se han convertido en costumbre son, por ejemplo: cubrir con el secreto el nombre de quienes acusan (violación de un derecho de la persona humana), porque son generalmente personas de mentalidad conservadora; no permitir testigos que apoyen a la parte acusada cuando ésta es llamada ante un tribunal de algunos dicasterios romanos; enviar cartas en las que quedan asentadas acusaciones sin haber dialogado con el acusado antes de escribirlas. También, cuando éste escribe una respuesta en la que demuestra la falsedad de las aserciones, nunca recibe un escrito que lo descargue de las afirmaciones calumniosas anteriores contra él.

El autoritarismo se cubre con el manto del poder sagrado que protege a quienes actúan de esa manera. No existe la posibilidad de acusarlos de difamación y calumnia. En nombre del poder sagrado exigen obediencia ciega(3), comprensión hacia ellos que, como dicen, tratan de hacer las cosas lo mejor posible y, cuando quedan al descubierto, como último recurso, recuerdan a las víctimas de su autoritarismo que "todos estamos en la misma barca", sin reconocer que antes han querido arrojarlos al mar. Igualmente no se cansan de remachar que según la ley, tal y cual cosa es "competencia exclusiva de la Sede Apostólica".

La violencia del dogmatismo

Otro tipo de violencia en la iglesia es el dogmatismo que no admite que vivimos en un mundo pluralista en el cual no es posible seguir dominados por un monocentrismo religioso, cultural y teológico. Por el contrario, se requiere una apertura a un policentrismo en todos esos campos. Sin distinguir entre lo esencial de la fe cristiana y sus formas de expresión teológica, el dogmatismo conduce a imponer una sola perspectiva teológica: la tradicionalista, elaborada a partir de condicionamientos filosóficos y culturales de épocas pasadas. Así, sucesivamente en el período posconciliar hemos asistido a la violencia represiva contra una exégesis renovada, contra nuevas perspectivas teológicas europeas, contra la teología de la liberación, contra la teología asiática y africana, contra la teología indígena. Y, ordinariamente, los procesos siguen una pauta de tipo violento: llegan a la Congregación para la Doctrina de la fe acusaciones de personas conservadoras y ultraconservadoras o de enemigos personales que saben que gozarán de la protección de la confidencialidad y del apoyo incondicional de parte de los responsables de la Congregación; éstos dan a examinar los textos en cuestión a "expertos" que gozarán de la protección del anonimato y que no tendrán que enfrentar al acusado; éste tiene que responder a las acusaciones y ofrecer explicaciones sobre lo que es considerado heterodoxo. Es sorprendente constatar que muchas veces el "experto" basa sus acusaciones en frases fuera de contexto(4). Después de responder y aclarar las cosas uno no recibe, a no ser en casos especiales, ninguna carta de descargo en la que la Congregación diga que su "experto" se ha equivocado. Tampoco el acusador recibe una amonestación o una pena canónica por haber mentido o calumniado.

Este dogmatismo violento frena la investigación y el estudio legítimos entre los exegetas, teólogos, moralistas, pastoralistas. Muchos, por miedo, se imponen una fuerte autocensura. La Iglesia tiene también con frecuencia actitudes impositivas en la sociedad sin tomar en cuenta el mundo pluralista en que vivimos. La iglesia tiene ciertamente derecho a presentar el evangelio y sus exigencias pero sin dogmatismos y sin pretender imponerlas a quienes no creen o profesan otras religiones.

Hacia una nueva eclesialidad

Las tensiones y conflictos en la iglesia no se pueden eliminar ni con la violencia del centralismo que controla todo, ni con la violencia del autoritarismo que sanciona y excluye, ni con la violencia del dogmatismo que impone y uniforma, ni con la violencia del rechazo de la autoridad o de las verdades fundamentales de la fe y de la moral católicas. Lo que se requiere es superar el modelo de iglesia de cristiandad neoconservadora que ha ido recuperando terreno y que predomina en la estructura de la iglesia a principios del tercer milenio. Hay que caminar hacia la aceptación práctica del modelo de iglesia recuperado por el Vaticano II: una iglesia de comunión, pueblo de Dios y sacramento del Reino. En ella, debe haber lugar para el diálogo y la comunicación, la unidad en la diversidad y un clima de libertad como expresión del amor que acepta al otro y que crea comunión dentro y fuera de la iglesia.

Ante todo, hay necesidad de una actitud dialógica en la iglesia, que lleve a hablar y a escuchar al otro, sin actitudes inquisitoriales o de rechazo, en la búsqueda sincera de la verdad a la luz del evangelio tanto en su interior como con otras confesiones cristianas, otras religiones y con la sociedad. A ello invita el Vaticano II en la Constitución Gaudium et Spes: cuando, hablando de la iglesia y de su misión de iluminar a toda la humanidad con la luz del evangelio, la presentaba como "signo de aquella fraternidad que permite y consolida el diálogo sincero. Esto requiere que, en primer lugar, promovamos en la misma iglesia la estima mutua, el respeto y la concordia, reconociendo toda legítima diversidad, para establecer un diálogo cada vez más fructífero entre todos los que constituyen el único pueblo de Dios, tanto los pastores como los demás fieles cristianos. Lo que une a los fieles es más fuerte que lo que los divide. Haya unidad en lo necesario, libertad en lo dudoso, caridad en todo"(5). Este diálogo se extiende también a otras confesiones cristianas en un auténtico ecumenismo y no excluye "a nadie, ni a aquellos que cultivan los bienes preclaros del espíritu humano, pero no reconocen todavía a su Autor, ni a aquellos que se oponen a la iglesia y la persiguen de diferentes maneras"(6).

Junto con el diálogo se requiere una descentralización que permita un contacto directo con los desafíos y los problemas dentro y fuera de la Iglesia. Esto favorecerá la corresponsabilidad y la práctica de la colegialidad episcopal y dará menos espacio a actitudes inquisitoriales alimentadas por acusadores cobardes que tiran la piedra y esconden la mano y que se creen poseedores de la verdad "objetiva" y están dominados por el miedo a la confrontación. Esto en el fondo es miedo a la verdad y a la auténtica libertad, ya que la verdad es la que nos hace libres (Jn 8,32).

Juan Pablo II en su Encíclica Ut unum sint afirmaba que "cuando la Iglesia católica afirma que la función del Obispo de Roma responde a la voluntad de Cristo, no separa esta función de la misión confiada a todos los Obispos, también ellos 'vicarios y legados de Cristo'. El Obispo de Roma pertenece a su 'colegio' y ellos son sus hermanos en el ministerio. Que el Espíritu Santo nos dé su luz e ilumine a todos los Pastores y teólogos de nuestras iglesias para que busquemos, por supuesto juntos, las formas con las que este ministerio pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por unos y otros"(7). Estas formas nuevas en la estructura de servicios en la iglesia no solamente son necesarias en el campo ecuménico sino que también son urgentes al interior de la iglesia católica. Se requiere que el Papa sea ayudado en su ministerio más directamente por las conferencias episcopales que por la curia romana que ha concentrado excesivamente el poder decisorio que conduce a la violencia del centralismo, del autoritarismo y del dogmatismo. Este es el motivo por el que cada vez con más fuerza personas de nombre y jerarquía en la iglesia proponen que los consultores y consejeros del Papa sean los Presidentes de las conferencias episcopales. El diálogo con ellos daría al Santo Padre una visión más clara de la realidad y de los desafíos que debe enfrentar la iglesia en los diversos contextos socio-culturales y eclesiales. Así se evitarían de parte del juridicismo centralista de la curia romana ordenaciones abstractas y universales que impiden flexibilidad y adaptación a las diversas circunstancias, que crean tensiones y conflictos y que ejercen violencia con la imposición de un a rígida uniformidad, fruto de un concepto equivocado de unidad. Este debe ser superado, puesto que la iglesia "en virtud de su misión y su naturaleza, no está ligada a ninguna forma particular de cultura humana o sistema político, económico o social"(8) y, por tanto, está llamada a vivir la unidad en la diversidad socio-cultural y eclesial a través de un diálogo sincero, fraterno y maduro que ayude a superar violencias y miedos.

Notas
1. VC 58.
2. No fue consultada ninguna de las 49 Asociaciones o Federaciones de las Carmelitas Descalzas que siguen las Constituciones puestas al día con el Vaticano II y que agrupan 755 monasterios y cuentan con más de once mil monjas. Quejas semejantes surgieron de otras órdenes contemplativas. Tal parece que la consulta se limitó a monasterios o grupos de monasterios de mentalidad conservadora.
3. Así lo hizo un cardenal de la curia romana en su intervención durante el sínodo sobre la vida consagrada.
4. Esto aparece todavía en procesos recientes. Con el método que usan ciertos "expertos" (siempre protegidos por el anonimato) uno podría acusarlos hasta de herejías examinando unas pocas páginas de sus escritos.
5. GS, 92.
6. Ib.
7. Ut unum sint, 95.
8. GS 42.

RELACIONES DE GÉNERO EN LA IGLESIA

SEMANA DEL 2 AL 8 DE FEBRERO

RELACIONES DE GÉNERO VS. RELACIONES DE PODER

LEYENDO EL TEXTO EN LAS ( PP- 34 - 35 ), DE RELACIONES DE GÉNERO EN LA IGLESIA, ESTÁ CLARO COMO LAS RELACIONES DE PODER CONTROLAN LA ORGANIZACIÓN SOCIAL Y TODOS LOS ÁMBITOS DONDE SE MUEVE EL HOMBRE Y LA MUJER, INCLUSO LOS ASPECTOS MÁS PRIVADOS DE LA VIDA.

REALICÉ PARTE DEL TALLER ( PP. 36 - 41 ), CON UN GRUPO DE MUJERES VISITADORAS DE ENFERMOS. LA MAYORÍA DE ELLAS SON MUJERES ACTIVAS EN SU HOGAR Y LA PARROQUIA. SON MUJERES QUE HAN IDO RECUPERANDO PODER Y LIBERTAD DENTRO DE SU FAMILIA, PARA PRESTAR SUS SERVICIOS COMO CRISTIANAS COMPROMETIDAS EN SU COMUNIDAD. LOS SACERDOTES CON LOS QUE TRABAJAMOS, ELLAS Y YO, SON HOMBRES SENCILLOS CONSCIENTES DEL ROL DE LA MUJER EN LA IGLESIA. DOS MUJERES DE ESTE GRUPO SOMOS MIEMBROS DEL CONSEJO PARROQUIAL Y NOS SENTIMOS VALORADAS COMO TALES. NUESTROS APORTES CUENTAN EN LA TOMA DE DECISIONES PARA LA ORGANIZACIÓN DE LA PARROQUIA. EN NUESTRA COMUNICACIÓN, PROCURAMOS USAR UN LENGUAJE INCLUSIVO, QUE BUSCA SENSIBILIZAR PARA LA INCLUSIÒN DE LA MUJER EN TODOS LOS ÁMBITOS.

QUIERO TERMINAR MI COMENTARIO RECORDANDO UN PENSAMIENTO DE IVONE GEBARA, MUJER FEMINISTA BRASILEÑA, RELIGIOSA DE LA CONGREGACIÓN HERMANAS DE NUESTRA SEÑORA, DRA. EN FILOSOFÍA Y CIENCIAS RELIGIOSAS:

´´ AFIRMO Y BUSCO MI LIBERTAD
FRENTE A LA CONTRADICCIÓN
QUE EXISTE ENTRE LAS
SITUACIONES HISTÓRICAS DE MI
MUNDO Y MIS VIVENCIAS
PERSONALES ´´



TERESA DE JESÚS

2.07.2009

Relaciones de género en la iglesia (2)

• Comparte algo con relación a las identidades de género en la iglesia. Roles de hombres y mujeres, experiencias que nos han hecho sentirnos valoradas/os, respetados/as o al revés…

Aunque no he tenido aún la oportunidad de realizar el taller de “identidades de género promovidas socialmente” con un grupo determinado si puedo compartir alguna experiencia donde me he sentido valorada. Gracias a la influencia de un obispo que apreciaba mucho la Vida religiosa llegó a aconsejar a los párrocos de su diócesis que debían de promover la pertenencia de las religiosas en el consejo parroquial. El consejo parroquia es la instancia, que junto con el consejo económico, tienen mayor poder de decisión dentro de la parroquia y son elegidos por las personas que representan a los distintos grupos y asociaciones de la parroquia. La decisión del Obispo más la presión de las congregaciones religiosas que pertenecíamos a esa parroquia, hizo que se hiciera realidad la presencia de cinco religiosas de distintas congregaciones en el consejo parroquial. Fue una oportunidad para experimentar el aprecio por la opinión y la postura de las religiosas a la hora de tomar decisiones que afectaban a toda la comunidad parroquial. Fue también una oportunidad de trabajo conjunto entre sacerdote, religiosas laicos y laicas, donde nadie fue discriminado sino que cada persona fue respetada en su identidad.

Una experiencia personal donde no me sentí respetada y valorada como mujer religiosa. Haciendo trabajo de pastoral vocacional en forma conjunta con sacerdotes diocesanos y religiosos había una preferencia notoria a la hora de facilitarnos o no el contacto con jóvenes de universidades o parroquias. Los sacerdotes al ofrecerse para las celebraciones Eucarísticas, tenían una mayor acogida de los párrocos o rectores de universidades. Las religiosas al no poder aportar este “beneficio” no teníamos los mismos espacios y facilidades de acceso a la gente joven. En muchas ocasiones sentí rabia e indignación ante este trato discriminatorio.

LOS DERECHOS HUMANOS SE CONVIERTEN EN DERECHOS HASTA QUE LOS EJERCITAMOS…

Existe una gran lista de “derechos humanos” que ya han sido formulados pero que aún no son conocidos por gran parte de la gente de nuestros pueblos. Por eso yo creo que en primer lugar hay que promover la conciencia de la existencia de estos derechos y una vez que sean conocidos, promover también la defensa de ellos, exigiendo que sean ejercitados.

Relaciones de género en las iglesias (1).

Comparte tus resonancias ante lo que has leído, piensa también en tu propia experiencia a nivel eclesial.

Mis resonancias…

“Un rasgo importante en las instituciones es la oposición entre lo instituyente y lo instituido. Lo instituido es lo anterior que buscar perpetuarse. Lo instituyente busca replantear a la institución”. La equidad de género es instituyente porque quiere equidad en las relaciones y niveles de participación más simétricos.

Me impresiona que la Iglesia, y especialmente la Jerarquía no vea claramente cuán lejos del Evangelio de Jesús está al perpetuar la marginación de la mujer dentro de ella misma. Es más que busque justificar dicha actitud a través de la propagación de un pensamiento bíblico- teológico claramente patriarcal. Las homilías de la Misa son momentos privilegiados para propagar dichas justificaciones. Homilías de corte magistral, que no dan posibilidad de participación a la asamblea ni hay espacio para disentir o cuestionar lo dicho.

Por otro lado fue triste para mí reconocer que por esta misma razón la Iglesia no ha asumido el rol de mediadora frente a la violencia de género tan arraigada en la sociedad y en la misma comunidad eclesial. La Iglesia que por su misión y razón de ser debería promover al máximo el bienestar de las personas, la equidad en las relaciones, la protección y defensa de su dignidad, muchas veces no sale al paso con energía para denunciar o reconocer que ella también ha contribuido y sigue contribuyendo a esta violencia. Ha sido sólo por presiones fuertes de tipo jurídico o por denuncias que la Jerarquía ha tenido que reconocer y asumir, por ejemplo, las consecuencias de actos de abuso sexual a menores y a mujeres dentro de la comunidad eclesial.

Otro aspecto que quedó resonando en mi es el conflicto y dolor que necesariamente se tiene que dar en cualquier institución que busque “la revisión o ajuste de elementos subjetivos. “La institución en sí no sufre el conflicto, sufren la personas en la institución”. Parece que la resistencia normal al cambio hace que en primer lugar acudamos a la negación de la realidad que se busca cambiar. Otra forma de rechazo es la renegación o tentativa de mantener fuera del discurso y de la práctica eclesial lo que se ve como negativo para la congregación. También se pueden dar “justificaciones mentirosas” de las práctica de exclusión de la mujer en las comunidades eclesiales. Estas reacciones me llevaron a concluir que la propuesta de la perspectiva de género tiene necesariamente que ser conflictiva y causar conflicto y tensión en las personas (hombres o mujeres) cuya mente no ha sufrido la “descolonización del poder patriarcal” y al interior de las comunidades integradas por este tipo de personas.

Sin embargo es un conflicto necesario, urgente para crecer y acercarnos más a la práctica de los valores evangélicos. Como bien decía el texto “las rupturas ideológicas que propone la perspectiva de género acercan a las iglesias a las utopías cristianas y a la integración de las congregaciones”. Esta realidad de conflicto, sufrimiento o a veces persecución por esta causa, me recordó la frase bíblica “El Reino de los cielos sufre violencia y sólo los violentos lo arrebatan”. Ojalá y las congregaciones y las Iglesias tengamos aguante para afrontar este conflicto y tensión pues de otra manera aumentará más la cerrazón en posturas y prácticas patriarcales y las personas que luchan por esta perspectiva terminarán fuera de las comunidades o congregaciones donde no encuentran cabida pues como bien decía el texto “la desilusión invita a la deserción” y la deserción sería tan negativa para la persona que se va, como para la comunidad que se queda en mayor estado de cerrazón y rigidez.

Cuando pienso en mi experiencia a nivel eclesial en distintos lugares geográficos y en distintos ámbitos dentro de la Iglesia católica (como catequista, como religiosa, como pastoralista, como promotora vocacional, como miembro del consejo parroquial, como mujer etc. ) tengo que reconocer que lo que domina mayoritariamente no es la perspectiva de género sino las prácticas inspiradas por una mentalidad patriarcal donde los sacerdotes son más que las religiosas, tienen mayor poder a la hora de decidir, de imponer, una mayor posibilidad a nivel de participación en ámbitos donde a la mujer laica o religiosa no le es permitido llegar.

Con respecto a encontrar en las distintas comunidades eclesiales a las que he pertenecido personas que propongan y luchen por una perspectiva de género en las prácticas cotidianas, ha sido una realidad muy escasa y esporádica. Lo más frecuente es encontrar hombres y mujeres que están totalmente “acostumbrado/as a mantener lo que siempre ha sido así” y que no cuestionan el estado actual de relaciones injustas dentro de la comunidad eclesial.

“El empoderamientoy el desempoderamiento son dos caras del proceso de democratización organizacional”. Surge en mi mucha más esperanza cuando pienso en cómo irme empoderando y en cómo ayudar a empoderar otras mujeres dentro del ámbito social y eclesial. Empoderar traerá como consecuencia desempoderar a quien se ha apropiado del poder que no le pertenece. El fomentar las formas del poder del que habla el artículo son estrategias que facilitarán la democratización del poder:

- Poder para…que estimula la participación de todas las personas dentro de las iglesias, cada quien según sus posibilidades.
- Poder con…nos recuerda que no somos islas sino que necesitamos trabajar como comunidad, grupo, buscando el bien común.
- Poder desde dentro…habilidad de resistir el poder de otros y de las otras. Es un reconocimiento respetuoso del poder que cada persona posee. Dicho reconocimiento y respeto motiva a la persona a potenciarlo y a emplearlo para el bien común.

“Estas formas de poder no se quedan en lo personal, sino que aumentan el poder total disponible para la institución eclesial. Es un poder que circula, que fluye y no se rigidiza en la jerarquía”.

2.05.2009

Reconhecendo, agradecendo, buscando...



Como Família Teresiana, sinto alegria, esperança e desejo de continuar este caminho de partilha de experiências e significados, de buscas... para irmos construindo um outro mundo possível, com mais vida e igualdade de oportunidades para todas/os, de mulheres e homens.
Em Teresa de Jesus, Enrique de Ossó descobriu a capacidade da mulher na evangelização e transformação da sociedade... Art. 1 das Const.
Em nossos Documentos Teresianos há uma clara sensibilidade, consciência da importância da mulher e da questão de gênero, e o compromisso de continuar refletindo e avançando em ações concretas para educar-nos e educar mulheres e homens para construir relações de igualdade e reciprocidade.

Transformação, inclusão, igualdade, reciprocidade, capacidade, possibilidade...

Estamos unidas/os neste ideal teresiano, ideal de muitas/os mulheres e homens de nosso tempo e de outros momentos históricos, que entre luzes e sombras, dificuldades, possibilidades e esperança, se comprometeram e se comprometem com estas buscas e lutas por igualdade, pagando um alto preço para, hoje, testemunharmos algumas mudanças que já fazem parte de nossa vida e de nosso cotidiano.
Cremos nesta realidade mais humanizada e humanizadora, sonhada por Deus e por muitas/os mulheres e homens, por isso buscamos e nos comprometemos com a construção de um mundo melhor, novo, transformado, começando por nos mesmas/os.
“Educar-nos e educar mulheres e homens, construtores...”

COMO nos situamos em relação aos Documentos da Compañia sobre a igualdade de gênero?

Reconhecendo e agradecendo... - O interesse para refletir, aprofundar, intencionalmente, sobre este assunto tão central em nossas vidas de mulheres e homens; - o desejo e compromisso de trabalhar desde esta perspectiva na missão que nos toca, com grupos de mulheres e outros, de articular e se articular com grupos e movimento de mulheres.
Surpreendendo-me e com certo desconcerto de ver a falta de consciência e de interesse, por parte de algumas/uns da família, de ouvir afirmações que negam a realidade de discriminação, invisibilidade, falta de oportunidade das mulheres em todos os continentes, realidades, classes sociais, embora com as diferenças de cada contexto. Historicamente houve avanços inquestionáveis, mas ainda experimentamos e somos testemunhas do peso e discriminação da sociedade e organizações patriarcais. A Proposta Educativa Teresiana reflete algo dessa realidade: “A pouca ressonância desse tema é significativa. Alguma província comenta explicitamente que ainda não se fez uma reflexão de modo que possamos dizer que educamos com perspectiva de gênero, mas que se transmite uma ideologia tácita desde a cultura patriarcal...” (MS. 4)
Sentindo-me privilegiada pela oportunidade e processo de sensibilização, reflexão, aprendizado e engajamento desde esta perspectiva. Porque somos filh@s de nosso tempo e contexto, que possibilita ou dificulta as buscas de alternativas e de câmbios.
O que foi oportunidade do contexto que vivi e que abriu caminhos?
A participação no CEBI – Centro de estudos Bíblicos, desde 1984. Trata-se de uma organização ecumênica que pretende fazer uma leitura bíblica desde... a realidade dos/as empobrecidos/as e de suas buscas, da pesquisa bíblica atual e de uma nova hermenêutica. Partindo da realidade, dando um fundamento científico e metodológico, evitando, assim, uma leitura fundamentalista. Unindo a Palavra e Vida, pois Deus se revela na história e Jesus veio e vem para que todos/as tenham vida em abundância. Jo. 10,10
A participação nas CEBs do Brasil e no MEB, Movimento de Educação de Base, que possibilitou trabalhar com o povo e com as suas organizações populares. Foi num contexto de luta pela democracia e superação da ditadura militar no Brasil, realidade que assolou o nosso continente americano.
A Campanha da Fraternidade de 1990: Fraternidade e Mulher. Mulher e homem: Imagem de Deus. Promovida pela Conferência dos Bispos do Brasil, durante a quaresma. Foi um tempo forte para tomar consciência e reconhecer a realidade da mulher, e de buscar alternativas para construir um mundo mais igualitário.
Participação, promoção e organização de grupo de mulheres, e tudo que implica de formação, articulação e produção alternativa, para a promoção das mulheres e superação da pobreza e exclusão.

Nos últimos cinco anos, a vida e a missão estão pedindo outros modos de participação e implicação, criatividade e novos caminhos...

O Projeto Mulheres que Tecem a Vida: O CIT de educadores/as e os Encontros de Angola e Costa Rica, além de outros, são novas oportunidades para continuarmos aprofundando e buscando novos caminhos e modos para ir construindo relações de reciprocidade, inclusão e igualdade de oportunidades para as mulheres e para todos/as.

Neste tempo de crise que nos toca viver como mulheres e homens de fé, discípulas/os de Jesus; desejamos escutar a Palavra e a Realidade, deixar-nos questionar e comprometer-nos, especialmente com as/os mais pobres e frágeis, as mulheres...
Deus habita o nosso mundo, está entre nós e caminha conosco. Façamos a nossa parte... para que todos/as tenhamos mais vida.

As conclusões do CIT de Educadores/as, Educamos Educando-nos, sugere...
· Implementar acciones concretas de trabajo y formación de la mujer, la coeducación, la reconstrucción… y el trabajo en la educación afectivo-sexual.
· Profundizar y educar en la equidad de género, para nuevas relaciones de reciprocidad, desde el reconocimiento y valoración de la dignidad de cada persona.
· Hacer explícito y evidente nuestra POSTURA. Reflejar nuestra opción por la equidad intencionadamente. Construir reflexión desde lo que vivimos, vemos, sentimos…
· Sistematizar el proyecto de Mujeres que tejen vida en nuestras obras.
. Uso de uma linguagem inclusiva em todas as nossas ações.
. Realização de projetos de promoção e desenvolvimento...
· ……………… continuemos o camino….

Estamos nos preparando há muito tempo para este ENCONTRO, porém a participação no foro, não havia sido possível até agora. Tentarei me organizar para continuar partilhando, na medida do possível. Obrigada pela vossa reflexão e participação. Aprendemos neste processo.



2.02.2009

MUJERES TERESIANAS ¡gracias!

Creo que puede ser un buen RELATO para hoy, día de la Vida Consagrada.
Recuerdo a las MUJERES TERESIANAS que forman parte de ESTA CADENA ¡GRACIAS!

"Una vez soñé que estaba narrando una historia y sentí que alguien me palmeaba en el pie para darme ánimos, bajé los ojos y vi que estaba de pie sobro los hombros de una anciana que me sujetaba por los tobillos y con la cabeza levantada hacia mí me miraba sonriendo.

No, no, le dije, súbete a mis hombros pues eres vieja y yo soy joven.

No, no contestó ella , así tiene que ser.

Entonces vi que la anciana se encontraba de pie sobro los hombros de otra mujer mucho más vieja que ella, quien estaba encaramada a los hombros de una mujer vestida con una túnica, subida a su vez sobre los hombros de otra que a su vez se mantenía sobre otra y así una LARGA CADENA DE MUJERES... Y entonces me di cuenta que era cierto...la novedad de un relato se mantiene sobre el relato de otros y otras que nos han precedido"
(Clarissa P.E, mujeres que corren con lobos)

RELACIONES DE GÉNERO VERSUS RELACIONES DE PODER

SEMANA DEL 2 al 8 de febrero (Teresa del Pilar)

Ø Lectura del texto: “Síntesis: Relaciones de Género vs. Relaciones de Poder” (pp. 34 – 35 del mismo libro).

Al examinar las relaciones de poder existentes podemos descubrir la conexión estrecha entre éstas y la violación de los derechos humanos; de la dignidad y de la libertad. Las relaciones de poder controlan la organización social, las estructuras públicas, la vida familiar, la vinculación entre las personas y hasta los aspectos más privados de la vida. Por ejemplo, con la máxima estructuración de los espacios y de los tiempos comunitarios, se ahoga el derecho a la sana autonomía, a la privacidad, a la intimidad personal, a la creatividad…

Dichas relaciones de poder afectan la auto-imagen, la auto-estima y la oportunidad para desarrollar todo el potencial personal. Esto sucede en muchas circunstancias (graficando una de ellas), cuando se concibe la vida comunitaria como “comunitarismo” donde todo hay que hacer juntas, del mismo modo, a la misma hora. La comunión entonces se polariza en un estéril “estar siempre juntas”.

Para que se produzca el cambio de este paradigma se vislumbran dos posibilidades: hacer un proceso gradual y sostenido; o, que por la inconsistencia del antiguo paradigma, se produzca un quiebre que haga emerger la posibilidad de un nuevo modelo. Tal cambio es a menudo acompañado de crisis o conmoción comunitaria.

Ø Lectura de las páginas 36 – 41 (Género y Poder) del mismo libro. Si es posible, realiza un taller con un pequeño grupo de mujeres y/o hermanas.

Este taller lo realicé con padres y madres de familia de alumnos de nivel inicial de la Fundación teresiana, situada en un barrio marginal de Asunción: “Chacarita”.

Asistieron veinte mamás y un papá. Hubo muy buen nivel de participación e interés. Casi todas mujeres “desempoderadas”, la mayoría jefas de hogar, abandonadas por su pareja, con numerosos hijos. Viven hacinadas en la periferia de Asunción, en la franja costera. Sin trabajo estable, muchas de ellas salen a mendigar, limpiar parabrisas de los autos en la calle, o envían a sus niños y niñas a “trabajar” en la calle. El único papá que estuvo presente (con siete hijos) trabaja como guardia nocturno en un departamento de la zona céntrica.

La fortaleza de estas mujeres constituía los deseos y las esperanzas de salir adelante por amor a sus hijos. La mujer, única y principal autoridad responsable de los mismos, sitúa automáticamente a los padres ausentes en una condición de inferioridad moral ante sus hijos. Y aunque excepcionalmente el padre viviera en la misma “casa”, los hijos no depositan su confianza en él como en la madre.

Sin duda alguna que en dicho contexto familiar y social la condición de ser madre de familia es un potencial positivo, pues a través de esta vía muchas mujeres alcanzan la posibilidad de sentirse efectivamente empoderadas. Y lo consiguen cuando sus hijos e hijas han logrado promocionarse académica o profesionalmente.

Ø Imagina un plan de recuperación de espacio de poder que hemos cedido y la forma de poder que deseamos utilizar en las relaciones. Puede ser a nivel social, familiar, comunitario, eclesial…
Personalmente me encuentro en un plan de recuperación de poder en al ámbito académico. Esto es apenas un síntoma de empoderamiento más internos. Siento también que dicha recuperación no es sólo una cuestión personal sino comunitaria, e incluso congregacional. Pues mi compromiso viene avalado, apoyado y situado en un contexto de familia religiosa que busca ampliar los campos de acción y de presencia. En este sentido, es también la misma Congregación la que pasa a usufructuar los logros de la persona individual.

Básicamente mi trabajo es hacer clase de filosofía a futuros sacerdotes, diocesanos y religiosos. Al inicio, en alguna medida lo sigue siendo, ha sido bastante difícil conseguir credibilidad intelectual entre estos alumnos (todos varones). Pues tienen la visión de que una religiosa no está suficientemente empoderada ni capacitada para orientar su inteligencia hacia la búsqueda de la verdad. Sabemos por experiencia que no es fácil romper esquemas, abrir caminos, construir nuevos paradigmas… todo tiene su costo, pero la satisfacción interior de estar respondiendo a algo intrínseco, y en sintonía con los signos de los tiempos, no tiene precio.

Resalto que dicho plan de recuperación sólo puede ser llevado acabo con el apoyo comunitario y congregacional, de lo contrario, no puede sostenerse. He aquí gran parte del desafío de nuestra proyección.