FORO DE PREPARACIÓN AL ENCUENTRO MUJERES QUE TEJEN LA VIDA

Marzo 2 - 17, 2009 - San José de Costa Rica

REFLEXIÓN EN RED

COMENTARIOS... SENTIMIENTOS... PENSAMIENTOS... INTUICIONES...

DOCUMENTOS TERESIANOS: Diciembre del 15 al 21

Constituciones, XV Capítulo General, Propuesta Educativa Teresiana, Proyecto Formativo, Aporte del CIT Educamos Educándonos.

• ¿Cómo nos situamos con relación a lo que estos documentos expresan sobre la perspectiva de género? Cuestionamientos, luces, invitaciones, deseos…

Iniciando caminos: Primeros pasos en teoría de género. Diciembre del 22 al 28

FELIZ NAVIDAD!!!
• Diferenciar los conceptos sexo y género. Buscar un ejemplo de la vida cotidiana que posibilite comprender los conceptos.
• Identificar en tu formación: infancia, adolescencia, formación cristiana y/o de vida religiosa… momentos en que te formaron como niña/mujer. Considerar la asignación de género, la identidad y el rol de género. Seleccionar algo de esto que te gustaría compartir.
• Lee las definiciones de patriarcado. Busca alguna otra. Prepara un comentario.

Iniciando caminos en la relectura bíblica. Diciembre 29 al 4 de enero

FELIZ AÑO NUEVO!!!!
• Destaca 4 ideas clave para releer los textos bíblicos a partir de esta perspectiva y comparte por qué crees que son fundamentales.

Un artículo de una de las Revistas RIBLA. Del 5 al 11 de enero

• ¿Cómo relacionas el artículo con la temática de género?
• ¿En qué medida el artículo apunta a una reflexión sobre relaciones de género donde prevalezca la equidad?
• ¿Hasta qué punto el artículo invita a pensar las relaciones de género junto con otras relaciones: raza, clase…?
• Destacar un elemento nuevo (metodológico o de contenido) que te llamó la atención en la lectura del texto y que significa un aporte en la lectura de otros textos de la Biblia.
• ¿Qué ha sido más significativo para ti en tu proceso de acercamiento e interpretación de este texto?

Relaciones de género en las iglesias (1). Enero 12 a 18

• Comparte tus resonancias ante lo que has leído, piensa también en tu propia experiencia a nivel eclesial.

Otro de los artículos de una de las Revistas RIBLA. Enero 19 - 25

• ¿Cómo relacionas el artículo con la temática de género?
• ¿En qué medida el artículo apunta a una reflexión sobre relaciones de género donde prevalezca la equidad?
• ¿Hasta qué punto el artículo invita a pensar las relaciones de género junto con otras relaciones: raza, clase…?
• Destacar un elemento nuevo (metodológico o de contenido) que te llamó la atención en la lectura del texto y que significa un aporte en la lectura de otros textos de la Biblia.
• ¿Qué ha sido más significativo para ti en tu proceso de acercamiento e interpretación de este texto?

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 24-25, 31-32. Enero 26 a Febrero 1

• Comparte algo con relación a las identidades de género en la iglesia. Roles de hombres y mujeres, experiencias que nos han hecho sentirnos valoradas/os, respetados/as o al revés…
• Comenta la frase: LOS DERECHOS HUMANOS SE CONVIERTEN EN DERECHOS HASTA QUE LOS EJERCITAMOS… teniendo en cuenta la experiencia de las mujeres en tu contexto y más allá del mismo.

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 34 - 35, 36 - 41. Febrero 2 al 8

• Comenta sobre aspectos de tu vida y de otras mujeres que están “desempoderados”, sobre las propias fortalezas y de otras mujeres que son formas de poder que podrían desplegarse a las áreas de nuestra vida que lo necesitan. Imagina un plan de recuperación de espacio de poder que hemos cedido y la forma de poder que deseamos utilizar en las relaciones. Puede ser a nivel social, familiar, comunitario, eclesial…

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 58 - 63. Febrero del 9 al 15

• ¿A qué te sientes invitada con relación a la realidad de violencia que se vive en nuestro mundo? ¿En tu contexto? En la iglesia, ¿reconoces algún/as realidades de violencia?

Relaciones de género en la iglesia (2) pp. 64 - 73. Febrero 16 a 22

• A partir de lo leído, comenta sobre nuestra realidad eclesial a nivel institucional tanto en los ambientes locales como en los nacionales y supranacionales. Y déjate soñar algo alternativo…

pequeña publicación de tu contexto con relación al tema de género... Febrero 23 a Marzo 1

• Comparte los cuestionamientos que se han despertado en ti al leer la publicación, las intuiciones que han brotado, los sueños que se han despertado… y si puedes, ¿cómo educarnos y educar desde esta perspectiva?

1.25.2009

RELACIONES DE GENERO EN LA IGLESIA (2A)

Semana del 26 de enero al 1 de febrero

Realizando el taller de esta parte de “Relaciones de Género en la Iglesia”, me ha venido a la mente un texto escrito por una mujer española del siglo XIX. Se llama Concepción Arenal, no sé si la conocen. Se viste de hombre para poder estudiar en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid. El texto es parte del Capítulo 8 de uno de sus libros: “La mujer del porvenir”. En el Capítulo 8 habla sobre los oficios y profesiones que pueden ejercer las mujeres, critica la posición de quienes sostienen que la aptitud intelectual de la mujer es inferior al varón, con fina ironía dice que “aun concediendo por un momento que la mujer no pudiera remontarse a las más elevadas esferas del pensamiento” no puede deducirse de esto que sea incapaz de ejercer cualquier profesión. A continuación el texto que he seleccionado:
“Observemos lo que saben y lo que hacen un farmacéutico, un abogado, un médico, un notario, un catedrático, un sacerdote, un empleado, vulgares, de la talla común; observemos bien, sin preocupación, en conciencia, y digamos si no puede una mujer aprender lo que ellos saben y hacer lo que ellos hacen.”
“Siendo la mujer naturalmente más compasiva, más religiosa y más casta, nos parece mucho más a propósito para el sacerdocio, sobre todo en la Iglesia católica, que ordena el celibato del sacerdote y la confesión auricular. Muchos inconvenientes de esta confesión, hecha entre personas de diferente sexo, desaparecerían si la mujer pudiera ejercer el sacerdocio, cuyos deberes están tan en armonía con sus naturales inclinaciones. Instruir a los niños, enseñar a los ignorantes cosas buenas, sencillas y precisas; acompañar a los enfermos; auxiliar a los moribundos; compadecer a los desdichados; consolar a los tristes; hablar a todos de Dios, en quien cree con tanta fe, son cosas muy propias del sexo compasivo y piadoso. No sabemos si entre las mujeres habría muchas doctoras que causaran admiración; pero de seguro habría muchos ejemplos que imitar y muchas virtudes que harían amar la religión que las inspiraba. Sintiendo se hace sentir; la religión es principalmente un sentimiento, y la mujer su más natural y fiel intérprete. Capacidad le sobra para adquirir la instrucción indispensable; no es un monstruo ni está fuera de las leyes de la armonía del universo, donde se ve que si Dios concede pocas veces sus altos dones, distribuye con mano pródiga todo lo que es necesario.”
“Esto que vamos diciendo parecerá muy extraño, muy absurdo, y probablemente será para algunos poco piadoso; hemos meditado mucho sobre la materia, y nos parece más fácil hallar chistes para ridiculizar nuestras ideas que razones para combatirlas. El ridículo tiene su esfera de acción activa, pero limitada, y no llega a las regiones del entendimiento, en que de buena fe se busca la utilidad por las vías de la justicia. El ruido de las carcajadas pasa; la fuerza de los razonamientos queda: toda persona sensata sabe que suelen pensar poco los que se ríen mucho, y no debe parecerle bien que se traten con risa las cuestiones de un mundo en que se llora tanto. Por lo que hace al anatema que tal vez alguno quiera lanzar contra nosotros, le conjuramos diciendo: que nuestras opiniones tendrán de poco piadosas todo lo que tengan de erróneas; pero que si tenemos razón, no podemos tener culpa: el error es impío, la verdad es santa.”
“…Si las observamos de cerca, no hay profesión en cuyo ejercicio no entre por la mayor parte, o por mucho, la moralidad del que la ejerce. ¿Y no podría desempeñarlas la mujer, más sensible, más compasiva, más religiosa, más casta, más moral, en fin?”
Desde otro contexto, con otras palabras y con mucho más recorrido de la sociedad en el reconocimiento del papel de las mujeres gracias a la lucha de los movimientos feministas… podríamos seguir manteniendo la misma apreciación de esta mujer con respecto a las relaciones de género en la iglesia.
En una estructura jerárquica piramidal como es la de la iglesia, es evidente que las mujeres ocupamos un lugar inferior. Por ser mujeres y por no ser clérigos. Las consecuencias de ocupar este lugar se reflejan no sólo en la posibilidad de cualquier ministerio ordenado sino en otros ámbitos jurídicos a los cuales las mujeres no tenemos acceso mientras que los varones clérigos sí.
Hoy se nos invita a compartir alguna experiencia personal… yo las tengo desde que era muy joven, antes de entrar a la Compañía. Me sentaba mal que en la parroquia nos buscaran sólo para el coro, la catequesis o para actividades de este estilo. Me costaba entender que siempre tuviéramos que escuchar homilías de varones sacerdotes sobre todo cuando eran aburridas y sentías que no te decían nada. Recuerdo a un sacerdote joven que nos invitó a compartir después del Evangelio, en vez de la homilía clásica, le llamaron la atención porque eso le correspondía al sacerdote. Sin embargo, en ese tiempo no tenía elementos para una toma de posición “feminista”, ni siquiera inquietudes. Pasó mucho tiempo hasta que entendí la vida de otra manera. He tenido y tengo amigos sacerdotes a los que valoro profundamente, con quienes he compartido y comparto. Algunos también sueñan una iglesia distinta con relación al tema de género, otros están cómodos así como está la iglesia. También me he encontrado con algunos que por el hecho de ser sacerdotes u obispos pretenden que nos sometamos, que no admiten cuestionamientos y que se sienten “amenazados” porque no sólo estamos en igualdad de condiciones a nivel profesional, sino que en algunos casos nuestro nivel es superior. Recuerdo una entrevista con un Nuncio en una situación de conflicto. Pretendía que ante sus preguntas contestáramos simplemente sí o no. Y como insistíamos en explicar la situación, se acaloró tanto que se puso de pie, dio un puñetazo en la mesa y dijo muy molesto: Hermanas, ustedes no están en Beijing. Justo en ese tiempo se celebraba la Conferencia de Beijing.
También recuerdo momentos difíciles siendo yo presidenta de la Federación de Escuelas Católicas y posteriormente de la Conferencia de Religiosos/as de mi país. Ser mujer en uno de estos puestos es incómodo, te “ningunean”, estás en un encuentro con la Conferencia Episcopal, en diálogo, y lo que se está dando es yuxtaposición de conversaciones, y si se da el caso que el vicepresidente es varón, entonces ya lo sabes, en la conversación se dirigirán a él especialmente. Incluso en la correspondencia, he visto que esto pasaba en alguna ocasión, y quise creer que era equivocación. Y también es importante resaltar cuál puede ser nuestra reacción, a mí alguna persona, queriendo “ayudarme”, me ha dicho: “es que tienen que ser más humildes, más prudentes y también tienen que cuidar la fidelidad a la iglesia”.
Con relación a la ordenación sacerdotal, está claro que teológicamente no hay razones para que no sea posible, si bien se argumenta que las razones están en la tradición. Yo a nivel personal no tengo interés en el sacerdocio, me gusta ser “laos”. Pero por qué tanto interés en no facilitar algo que en definitiva sería un bien para la iglesia en tantos lugares donde estamos las mujeres y donde no hay sacerdotes. Digo bien para la Iglesia y no para el anuncio de la Buena Nueva, porque estoy segura que en esos sitios donde no hay celebración eucarística porque no hay sacerdote, hay anuncio de la Buena Nueva y vivencia de la Eucaristía, pan partido y entregado por la vida de la humanidad. Yo sueño con una iglesia en la que el DISCIPULADO DE IGUALES sea posible.
La frase: “los derechos humanos se convierten en derechos hasta que los ejercitamos”, me hace pensar en tantas personas que hoy en el mundo no pueden vivir los derechos que confesamos en la carta universal de derechos humanos. Hombres y mujeres pobres, niños y niñas, jóvenes… una gran parte de la humanidad. Los derechos están escritos pero no son reales, lo grita la carne de nuestros hermanos y hermanas. Y lo mismo pasa con los “derechos de las mujeres”, están escritos pero aún persiste la desigualdad, la inequidad, la discriminación, el abuso, la violencia… Y sin embargo, están escritos. Tristemente, en nuestra iglesia, todavía no están escritos o por lo menos faltan muchos pasos que dar.
Giselle

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